R A C H E L
Abro los ojos y me siento al instante.
Escucho voces provenientes del piso de abajo, eran mi madre, Ian y...
No, no, no...
Voy al baño y me lavo los dientes, me cepillo el cabello y observo mi atuendo.
Pijama... No interesa, es bonito.
Cojo mi teléfono y observo rápidamente. Se podía ver un mensaje de Nate.
"Espero que sepas actuar"
¡Diablos! Esto confirma mis sospechas, Ian invitó a Nate.
Bajé rápidamente y estos tres estaban riendo mientras mi padre leía el periódico con su taza de café a un costado.
-Buenos días -saludo a mis padres y le sonrío a Nate discretamente.
Sí, Ian y yo nunca nos saludamos.
-¡Cielo, vístete! -me regaña mi madre.
-Estoy vestida -me cruzo de brazos.
-Pero hay visitas -la conozco, nunca le importó que me vista así frente a los amigos de Ian, pero ahora que sabe lo de Nate, quiere que esté impecable.
-No me molesta, señora Miller, creo que es un tierno pijama -mi vista cae en Nate, que está recibiendo una mirada interrogativa de parte de mi hermano.
Mi mamá está disfrutando esto.
-Bueno, creo que desayunaré -iba hacia la cocina pero la voz de mi padre me interrumpió.
-Hija, ¿has visto la hora que es? -negué-. Ya es hora del almuerzo.
Suspiré.
-Debo ir a comprar, ¿no? -mi hermano soltó una carcajada.
-Solo algunas cosas, tengo lo necesario para empezar, pero no para terminar, de paso puedes comprar para la merienda -asentí.
-¿Qué vamos a comer?
-Lasagna.
-Iré a vestirme.
[...]
Bajé con un atuendo decente para ir de compras y tomé la billetera de mi madre para tomar algo de dinero.
-Ahora vuelvo -estaba por salir pero la voz de mi madre me interrumpió.
-¡Alto ahí!, no irás sola -oh, no-. Nate, cielo, ¿serías tan amable de acompañarla?, no quiero que vaya sola -la voy a matar.
-Oh, claro... -se puso de pie.
-Mamá, no es necesario -me frenó.
-Claro que lo es, no quiero que te pase nada -miró a Ian-. Tú te quedarás ayudándome en la cocina.
-¿No sería mejor que Nate y yo vayamos a comprar y ella se quede contigo?
Él tampoco estaba muy de acuerdo.
-No porque tú eres un desastre con las compras -ambos suspiramos.
-Bien, andando -le dije a Nate y abrí la puerta.
Me siguió y cerró la puerta detrás de él.
-Eso fue extraño e incómodo -dijo él y yo reí bajito.
-Así es, pero vale la pena porque cocina como los dioses -ya estaba saboreando la comida.
-Lo sé, suelo venir seguido -no dije nada, pues no sabía qué decir.
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Algo Grandioso (SIN EDITAR)
RomantikRachel Miller; una romántica sin remedio, que jamás había besado a alguien y buscaba un amor de libro. Jamás imaginó que tendría uno de esos amores tan pronto, ni que serían dos. Nate; el prohibido mejor amigo de su hermano, y Josh; el hermanastro d...