Rachel Miller; una romántica sin remedio, que jamás había besado a alguien y buscaba un amor de libro.
Jamás imaginó que tendría uno de esos amores tan pronto, ni que serían dos. Nate; el prohibido mejor amigo de su hermano, y Josh; el hermanastro d...
*Algo así se ve el baile, para que puedan imaginarlo <3*
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R A C H E L
-Ya dilo.
Ella le diría que yo lo supe todo este tiempo, ¿verdad? ¡Nate estará furioso!
Por una vez, le pido a Dios que no esté en mi contra.
-No eres el padre de mi bebé -mi respiración se cortó. ¡No puedo creer que se lo haya dicho!
-¿Cómo dices? -lo veía en si cara, él deseaba que fuera broma.
-Te mentí porque pensé que serías perfecto para ser padre, porque el verdadero es un idiota -hizo una pausa-. Al menos el que creo que es.
-¡Debes estar jodiéndome! -golpeó la mesa-. ¿Todo este tiempo me hiciste creer que iba a ser padre? ¡Maldición, Cheryl, con eso no se juega! ¡Yo estaba ilusionado, y todo eso se fue al demonio! -la rubia me miró.
-Hay algo más que debes saber -hizo que volviera a sentarse, aunque él sacó su mano de encima con asco.
-No quiero que me toques, Cheryl.
-Rachel lo supo todo éste tiempo -el castaño levantó su vista hacia mí, lo miré incrédula.
¡Arpía!
-¿Eso es cierto, Rachel? -desgraciadamente, no podía negarlo.
-Sí, ¡pero no podía decirte aunque quisiera! -traté de justificarme rápidamente.
Pero no hay justificación que valga, tendría que haberlo hecho.
-Eres la última persona que creí que me traicionaría así -volvió a ponerse de pie, y pasó totalmente de mí-. ¿Me dirás quién demonios es el padre?
-Al principio creí saber quién era, pero... Ya no -miró al suelo.
Nate soltó una carcajada.
-O sea que no solo te acostaste conmigo, ¿sino que con más? Al menos dime que no me fuiste infiel -estaba hablando con un tono súper ácido.
-Solo dos, Nate. Juro que lo siento, no fue mi intención mentirte -ella quiso tomarlo de la mano, pero se zafó victoriosamente.
-¿Me dirás quiénes son?
-Liam y... No puedo decírtelo, lo siento -hasta yo quería saber quién era el otro.
Nate apretó la mandíbula.
-Me das asco, Cheryl Berry. Y tú... Me decepcionaste -ésta vez se dirigió a mí.
