Algo Grandioso (SIN EDITAR)

35: "No es lo que tú crees"

R A C H E L

–Hola, peque.

Chillé emocionada y salté encima de él.

–¡No puedo creer que estés aquí, frente a mí! –él me envolvió con sus brazos, apretándome contra él.

–Te extrañé mucho –nos soltamos y nos quedamos mirando.

Alguien carraspeó detrás de nosotros.

Nate. Estaba esperando una presentación.

–¿Sam? –pronuncia mi hermano, no tan alegre.

–Hola, Ian –le responde este, tampoco tan alegre.

–¿Me dirán quién es él? –desesperó el castaño.

Suspiré y tomé a mi amigo de la mano.

–Él es Sam –lo presento–, Sam, él es Nathaniel, el mejor amigo de Ian. Dicho esto, con permiso –lo arrastré conmigo hacia la cocina.

N A T H A N I E L

Este chico no me gustaba nada, ¿quién se creía que era?

Peque.

¿¡En serio!? ¿¡Peque!?

Ridículo.

–¡Campeón, ya estás aquí! –exclama Rick con emoción.

Rick jamás se emociona tanto de verme. Ese hombre me va a escuchar.

–Hola, Rick, te he extrañado –le responde.

Le dice Rick. Creo que ya he añadido a otro enemigo a mi lista. ¿Será un rival?

–No sabes lo mucho que te extraña Rachel, todo el tiempo está viendo fotos suyas –ese comentario hace que me hierva la sangre.

¿Quién era este chico?

–Yo hago lo mismo, pero no hablamos hace bastante –escucho a Rachel reír–. A decir verdad, tuvimos una pelea, pero cuando lo arreglamos, ninguno mantuvo el contacto –admitió.

–¿Por qué espías? –pego un salto cuando Ian me pregunta eso.

–No estoy espiando.

–Ya, haré como que te creo.

Me senté en el sofá, y él me siguió.

–¿Listo para el fin de semana en la cabaña? –me pregunta Ian con una sonrisa ladina.

–Sí, creo que me hará bastante bien alejarme de Cheryl y mis obligaciones –suspiré–. No sé qué haré, sinceramente.

–Yo digo que venga con nosotros, ella es la que tiene que relajarse más que nadie; ustedes dos en realidad –asentí.

–Pregúntale a Britney si le parece bien, no quiero problemas con el resto –mi amigo me dijo que lo haría, y nos quedamos hablando del partido que se aproxima.

Teníamos que iniciar los entrenamientos, y estábamos entusiasmados. Aunque él más que yo, pues ahora, con todo lo del embarazo, mi mente no puede pensar en otra cosa.