3: "El trato"

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Ya pasó una semana desde que estoy aquí y mi hermano sigue tratándome como si no me conociera, y viceversa.

Sigo pasando tiempo con Josh y su amigo, Elliot. Como también sigo estando con Leslie y Britney.

La pelirroja en varias ocasiones me lanza miradas de odio cada vez que estoy con Josh, pero no me hago problema ya que yo sé que no hay nada entre él y yo, por el momento.

Por cierto, mi hermano estuvo actuando raro estos días, llega tarde a casa y muchas veces llega con una sonrisa estúpida en su cara. Diría que está enamorado, pero... Nadie podría aguantarlo por más de dos semanas. Ya veremos.

Ahora mismo estamos a viernes, y me encuentro saliendo tranquilamente de la escuela, mientras escucho a The Fray.

Como es de costumbre, o muy cliché, alguien me toma del brazo. Me volteo y, para mi sorpresa, se encuentra Nathaniel Smith. Hace unos días que no intenta hablar conmigo.

-Hola -me saluda.

-¿Quieres algo? -seguro piensan que soy una grosera, pero es amigo de mi hermano y debo mantenerlo lo más alejado posible.

-Sí, recuerda que hoy nos asignaron como compañeros de equipo, y debemos realizar un trabajo juntos -me recuerda, y maldigo por dentro.

¡Es cierto!

Hoy tuvimos biología, que por cierto noté recién hoy que éramos compañeros en esa clase y un par más, y el profesor nos puso como compañeros. No podía creerlo, porque eso significaba que teníamos que reunirnos en algún lugar, o alguna casa, y la mía era la opción más probable. Ian no podía enfadarse por eso.

-Está bien, hoy en mi casa, a la hora que quieras -tras decir eso, comencé a alejarme, pero volvió a detenerme.

-¿Te parece si vamos a mi casa? -eso hizo que frunciera el ceño-. Estoy seguro de que tu hermano no estaría contento, y tampoco le he dicho que compartimos clase.

-Oye, Smith, esto es ridículo, puede prohibir que seamos amigos, pero no puede negar el hecho de que yo estudio aquí ahora, y es inevitable que no seamos compañeros en algunas clases. Es un trabajo, si quieres hacerlo en tu casa está bien, pero no uses a mi hermano como una excusa -le digo harta de todo esto.

Se quedó en silencio, así que tuve que agregar algo más.

-Ahora te daré mi número, me pasarás tu dirección e iré a las 17 -le avisé.

Sin saber qué decir, tomó su teléfono y me lo entregó. Marqué mi número y me agendé.

-Toma -se lo devolví-. Espero tu mensaje, porque no sé dónde vives y no podría adivinar -bromeé y comencé a alejarme, y esta vez no me detuvo.

[...]

-¿Por qué tardaste tanto? -me preguntó cuando entré al auto-. La próxima me iré sin tí.

-Lo siento si mi vida social agota tu valioso tiempo.

-De hecho lo hace, no tengo porqué quedarme esperándote -arranca y comienza a conducir hacia casa.

-Sí, sí tienes, mamá dijo que si no lo haces te castigará y yo tendré el auto -le sonrío con victoria.

Ah... Me encanta cuando mamá hace eso.

-Como sea, cierra tu pico -ruedo los ojos y veo por la ventana lo que sobra del viaje.

Cuando bajamos, recuerdo que hoy tengo que ir a la casa de su amigo.

-Hoy tengo que usar el auto, por cierto -le digo y éste me mira pidiendo una explicación-. Tengo que hacer un trabajo grupal y quedamos en la casa de mi compañero a las 17 -le explico.

Algo Grandioso (SIN EDITAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora