Capitulo 36

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Luego de varios minutos pensando se me ocurre algo que podría gustarle a todos.

-Taylor: ¿Qué tal unas pizzas caseras?

-Ella: Me parece genial cariño, solo debes decirme en que debo ayudarte pues mis dones en la cocina no suelen sobresalir.

-Taylor: Solo debe indicarme donde esta cada cosa yo me encargare de preparar todo.

Luego de casi una hora tenía la mayor parte de mi tarea lista, solo faltaba hornear las pizzas.

-Ella: Huele delicioso Taylor, tendrás que darme la receta que utilizas para hacer una salsa que desprenda un aroma tan exquisito.

-Taylor: Si por supuesto, cuando guste puedo enseñarle lo poco que he aprendido de mi madre.

Ella solo me sonríe y yo me dispongo a limpiar un poco el lugar y guardar las cosas en su lugar correspondiente. Pasadas dos horas mi corazón se va volviendo un mar de nudos que cada vez están más apretados, mi mente no quería pensar que Dan había salido y me había abandonado aquí pero el pasar de las horas me lo confirmaba. Poco tiempo después aparece Ella en la cocina y al ver todo limpio y ordenado me mira con ternura.

-Ella: Cariño no tenías por qué acomodar y limpiar la cocina para eso existe un personal que se encarga de eso.

-Taylor: Para mí no es una molestia- digo con mi voz aún más apagada de lo que quería sonar así que le dedico una cálida sonrisa para disimular mi tristeza-.

-Ella: Estas decepcionada ¿cierto?

Yo solo me encojo de hombros y termino de acomodar las pizzas en sus bandejas y de llevarlas al horno para que se cocinen.

-Ella: Ven cariño, vamos a la sala a charlar un rato- no digo nada solo la sigo con la cabeza baja y con unas infinitas ganas de llorar-.

Luego de casi una hora hablando de cosas las cuales no recuerdo porque contestaba la mayoría de ellas en monosílabas, Dan aparece, y para mi mala suerte está un poco ebrio.

-Dan: Vamos Taylor, debo llevarte a casa.

-Ella: Hijo pero si aún no hemos cantado cumpleaños.

-Jerry: Eso es cierto Dan, además, Taylor tiene una sorpresa para ti hijo.

-Dan: Ya no estoy para sorpresas papá, vámonos Taylor.

Su actitud me estaba cansando. Sus padres no merecían que fuese así de grosero con ellos, y yo tampoco merecía que por lo menos no valorara mi esfuerzo de olvidar lo sucedido hace pocos días y querer hacerle de su día un poco especial. Me despido de sus padres prometiendo volver algún día, cosa de la cual no estaba muy segura. Nos dirigimos al auto en silencio, no tenía ganas de hablar, solo quería alejarme de él.

-Dan: ¿Y a ti que rayos te pasa? ¿Por qué vas allí como si fueses una muerta?

-Taylor: Solo ya no tengo ánimos de hablar.

-Dan: Y ¿Por qué demonios no quieres hablar ahora?

-Taylor: Quizás sea porque me dejaste sola, allí con tu madre que por cierto es encantadora y no merece que le hables de esa manera, quizás también sea por el hecho de que me buscaste para pasar tu cumpleaños conmigo- digo esto haciendo comillas con mis dedos- pero resulta que con quien menos compartiste fue conmigo, porque me esmere haciendo una sorpresa para ti pero no valió la pena porque te importo una mierda por eso ya no tengo ganas de hablar.

-Dan: Quería estar con mis amigos en mi cumpleaños eso es todo Taylor no tienes por qué hacer un drama de todo lo que pasa, luego surgió un problema de trabajo que debía resolver.

-Taylor: Trabajo, trabajo, todos tus problemas de trabajo nunca se de que se tratan, además, si querías estar con tus amigos, ¿para qué me pediste que estuviese para ti un día como hoy?

-Dan: Mis asuntos de trabajo no son de tu incumbencia Taylor, son cosas peligrosas y no quiero que te involucres en eso.

-Taylor: Estoy harta de escuchar lo mismo Dan, por favor llévame a mi departamento.

-Dan: ¿Ni siquiera piensas ir conmigo a la cama hoy?

-Taylor: Claro, luego de la fiesta con tus amigos, la solución a tus problemas de trabajo allí vengo yo, sabes que no, no pienso estar contigo así que por favor llévame a mi departamento.

-Dan: Eres una persona inservible Taylor, todas las semanas tengo detalles contigo, te llevo a lugares que te gustan, te invito la cena, compro tus postres favoritos y, ¿que tu no tengas ni un puto interés por hacerlo esta noche conmigo? Eso sí que sobrepasa todo, eres una zorra barata que solo se aprovechó de mi dinero todo este tiempo, no mereces nada ¿me oyes? No eres nadie porque no das nada, tus regalos baratos los puedes donar a la caridad porque esta espantoso ese reloj que me diste, si tuvieses un poco más de clase habrías comprado algo más decente, y de dinero claro está. No entiendo como pude fijarme en una mujerzuela como tú por que no vales nada.

No digo nada, mi corazón tiene mis grietas abiertas y siento que toda la sangre se escapa de mi cuerpo, me siento tan vacía y sola, no logro articular una sola palabra, mi mundo se vino abajo con todo esto y lo peor era que no sabía qué hacer.

Dan detiene el auto frente a mi edificio y yo bajo en silencio, esperando a que en algún momento recapacite, que diga que lo siente por haber dicho eso, que nada de eso es cierto pero me equivoco nuevamente por que escucho su auto salir a toda prisa de allí y mi corazón termina de romperse en mil pedazos.

Ya no pienso en llamar a Mary porque de seguro esta tan ocupada como siempre para su vieja amiga. Subo a mi departamento y solo deambulo con las luces apagadas hasta llegar a mi habitación y tumbarme sobre la cama a llorar, entre más lágrimas salían de mí, mas ardía mi pecho y peor me sentía.

Lloré por el resto de la noche; al amanecer tome una ducha, ya era sábado por fin no tendría que ir a trabajar. Decidí escribirle a Mary.

-Taylor (Tlf): Hola May, tu vieja amiga te necesita un montón cariño pero entenderé si estas ocupada.

Espero un rato su respuesta pero no la obtengo por lo que me dispongo a dormir un poco.

Vuelvo a caerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora