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Dylan


Hago una mueca cuando me moví un poco, Diosito no me abandones aún, por favor no, no, no, no ,no ,no. Mierda, mi culo dolía, todo me dolía.

¿Me pueden doler los dedos también? Necesito un baño muy largo,no como el que acababa de tomar,  necesitaba esos demasiados largos para pensar, demonios, creo que eso no podré hacer, ¿Cómo llegaré a casa con esas dos mujeres ahí?

—Oye, ¿Te duele mucho? digo.- Mi mirada fue casi como dagas, sentía mi culo doler, están a punto de chillar y el venía a preguntar eso, ¿Dónde hay un zapato para tu cabeza?

Lo ví jugueteando con aquel cigarrillo, como si estuviese tentado de fumarlo, su vista se mantenía en este, parecía estar en su propia laguna de pensamientos.

Apreté mis labios un poco sintiendo mis feromonas salir, y lo ví verme bien, mis ojos se abrieron más cuando dejó aún lado aquel cigarrillo y se acercó.


Habían ya pasado tres horas, mi cuerpo olía a Sandalo, completamente a el ¿Cuantas veces me mordió para que oliera tanto?, El se mantuvo callado y solo suspiré un poco, intentando suavidad mi mirada,no habíamos hablado ni nada por el estilo, vamos Dy, tranquilo.

— No,claro que no, es más puedo incluso correr, — dije con ironía sin evitarlo, sintiendo como el mundo se me quebraba más de lo normal, genial y está vez era por una acción mía y no por una de las brujas que eran mis madres.

Lo escucho suspirar, sintiendo mis vellos de la nuca erizarse un poco, tal vez era la marca no lo sé, pero me sentía nervioso, acomodé un poco mi cabello, sintiendo una mano sobre mi barbilla,toma mi barbilla bien, con tanta suavidad y me miró directamente. Mi corazón se detiene, casi lo juré, sus ojos tenían pequeños destellos verdosos mezclados con ese color Ámbar, me miraron fijamente tan fijo que sentí que vió mi alma.

Era realmente atractivo y yo me sentía un simple mortal frente a el, mi lobito simplemente se mostró un poco atontado por el, intenté ponerme un poco a la defensiva, pero no podría y ni tenía el derecho de hacerlo aún.

Aguanté un poco la respiración, viendo como sus ojos mirando mi piel, eran esas marcas, si, si eran las marcas, también habían marcas en su piel, me avergonce con ese pensamiento.

— Se siente demasiado irreal esto —, murmura mirando ahora mi cuello, justo en la marca, toma mi mano llevándola a su pecho, sintiendo la sincronía de nuestros latidos.

Éramos uno, estábamos unidos por espíritu, por alma y animal.  Nos sentíamos mutuamente, era realmente único esa sensación.

Me sentía chiquito, tenía miedo, estaba aterrado, relami lentamente mis labios para mirarlo fijo igual, mi mirada oscura se encontró con la más clara, Alfa. Arrugo mi nariz al escuchar ese murmullo de mi lobo.

— ¿Y crees que yo si?— fruncí mi ceño, mirándolo casi derrotados tocando su pecho y aguanto un puchero.

Pude borrar ese ligero toque de nerviosismo en el, relami lento mis labios y sonreí un poco.

—¿Me dirás al fin tu nombre? -Rompe el silencio,mis mejillas se sonrojan un poco, que distraído fui. Demasiado.

— Mi nombre es Dylan.

Levanta una ceja cruzado de brazos asíntiendo.

— ¿Solo Dylan?- Mis ojitos lo miraron con curiosidad y asenti un poco.

Marcado[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora