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Xander

Dylan se balanceó ligeramente, sus pies se movieron en pequeñas puntillas y dió suaves saltos, su cabeza se hizo hacia atrás, solamente me quedé y dediqué a observarlo, apreciarlo desde lejos.

¿Cómo pasó ya el tiempo tan rápido?

Pareciera como si fuese ayer que apenas lo ví.

Pero ya casi es medio año.

—Mi madre Omega solía practicar danza, entre ellas el Ballet.- Habló sin mirarme aún —. Desde cachorro me había gustado eso, incluso me dedicaba a observarla largas horas practicarlo.

Ladeó su cuello para verme mi mirada cayó en la marca en su cuello, estaba rojiza, estaba cuidada, era una marca demasiado sana y perfecta. Lo miré a los ojos jugeteando con un trozo de papel dejando salir un poco el humo de aquel cigarrillo.

—¿Que sucedió?- me atreví a preguntar, mordiendo mi labio inferior y puse mi mano sobre mi mejilla.

Su mirada se entristeció un poco, dirigiéndose a mi mientras movía a ambos lados su cabeza de forma pensativa.

Llegó a mi, quitándome el cigarrillo y apagandolo después.  Y sonreí recordando que odiaba que hiciera eso.

—Mamá dejó de pasar tiempo conmigo - susurra despacio mientras abría una ventana — pasaba más tiempo con mi madre Alfa, nunca la tuve presente después, según mi mi madre Omega era mejor estar con mi madre Alfa ya que después yo serviría a un Alfa, mi madre Alfa es alguien con temperamento algo agresivo ya que es una alfa de sangre pura, no podría contradecirla.

El aliento de fue de mi, tomé sus mejillas con suma delicadeza, mordiendo mi labio inferior y niego, mordió sus labios un poco moviendo sus piernas y suspiró de forma baja.

Mis sentidos estaban algo alertas, sintiendo como entre nuestro lazo se apretaba y lo miré preocupado.

Desde hace meses podía sentir su cercanía.

—Estaba algo decepcionada por el hecho de que fuera Omega, esperaban aún Alfa.- siguió y dejé que abrazara mi torso, puse mi barbilla sobre su cabello cerrando mis ojos mientras mis brazos lo rodeaban.

Su dulce aroma se mezcló con el mío y relami mis labios de forma lenta. Haciendo un pequeño movimiento el quedó sobre mi y yo quedando sobre el sofá, dejé pequeñas caricias en su espalda, dejándolo bien en mi regazo.

— Mi madre Alfa detestaba la idea que hiciera ballet como mamá, así que lo prohibió, haciendo que tiempo después yo en un intento de querer practicarlo mi tobillo quedara roto.— siguió mientras yo lo escuchaba y acariciaba su cabello.

—¿Significa que ..?

Sus ojos entristecidos me observan. —Que no podía practicarlo, no por horas .. no por años.. justo ahora me duele el tobillo un poco por ponerme en puntas.

Y sentí mi pecho apretarse, nuestros rostros quedaron pegados y solo besé la punta de su nariz ligeramente, dejando que se calmase con mi aroma.


La mano de Dylan se entrelazó con la mía y lo guíe, caminé con tranquilidad, sin embargo noté la mirada curiosa del Omega frente a mi, lo acerqué a mi después, subiendo mi mano en su cintura.

—Nunca había venido a un parque. - Lo escuché mientras el dió pasos rápidos.— Hay muchas florecitas.

Su voz había sonado tan suave que mi lobo ronroneó,me acerqué a él, tomando su cintura un poco más, agarrando esta bien y el alzó ligeramente la mirada.

—¿Quieres un helado?¿Un algodón? Oh ya se ¿Qué te parece alimentar a las ardillas? - sus ojitos brillaron emocionados. — Entonces eso será.

Dió un pequeño saltito al verme comprar pequeñas nueces y almendras para los pequeños roedores, le di la bolsita y me miró como si estuviera loco.

—¿Y si me muerden? - rei bajo tomando su mano y llevándola dentro de la bolsa para después sacar un puño, y estirando el brazo hacia donde estaban las ardillas, su mirada lucía emocionada mientras los pequeños bigotes chocaban contra nuestras manos.—Si me muerde y me da rabia, vendré desde la tumba para asustarte.

Miré su perfil, admirando un poco al Omega frente a mis ojos, después mirar la marca que estaba en su cuello queriendo enterrar mi rostro ahí mismo. Si bien sabía que nosotros los Alfas éramos más territoriales con nuestros Omegas recién marcados,  no podía evitar soltar un leve gruñido.

Era mío.

Era mi Omega.

—¡Son muy lindas!- habló animado, y se tambaleó un poco al querer levantarse y sostuve su cintura, haciendo que sin querer tanto como su lindo trasero chocase con mi entrepierna repentinamente y solo intenté estar lo más normal por ese accidente ya que parecía no haberse dado cuenta.

—Lo son. —Solté en un hilo.

Su sonrisa me hizo sonreír igual, se veía bastante lindo y lleno de vida. Sus preciosas mejillas esponjosas se sonrojan y me di cuenta que lo miré demasiado, todo para disimular un poco estirando mi cuello hacia otro lado.

Escuché que río un poco, tomando mi mano y tirando de esta para volver a caminar.

—Estudié gastronomía - habló de golpe mientras caminaba. Eso me había sorprendido y lo miré más curioso.  —Solia hacer muchos postres y alguna que otra comida con nueces y almendras.

Y se podría decir que cada vez lo iba conociendo mejor.

—¿Algún día ..

—¿Preparar algo con eso? - mis mejillas enrojecer y asenti. — Claro que si Xinie.

Acerco discretamente mi rostro a su cuello, logrando sentir algo más.

Dylan olía más dulce.

Y eso hizo que mi propio lobo se sintiera un poco inquieto queriendo ocultar ese aroma con el propio.

Era su celo.




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Marcado[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora