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Xander

Tomé sus mejillas con delicadeza en una sonrisa sobre mis labios, sintiendo como parte de mis cabellos revueltos cubren un poco mis ojos y besénse cortamente su frente. El Omega frente a mi me miró avergonzado y solo solté una risa, separandome.

Y pude ver su ceñito fruncido.

—¡No hagas eso!— chilla con las mejillas encendidas en rojizo, lo miré en una sonrisa.

Sentí sus manos en mi pecho, pero se me hizo demasiado tierno lo que hizo, con sus manos pequeñas me intentó empujar.

Y una risa fuerte se hizo presente en mi.

La noche había caído sobre nosotros, no nos habíamos dado cuenta de eso, el cielo se encontraba estrellado, era precioso, todo estaba tan tranquilo, las luces iluminando el lugar, el sonido de las hojas de los árboles, alguna que otra persona pasando.

Se sentia un momento solo de nosotros.

Volví a tomar su cintura seguido de su mejilla y besar sus mejillas rojas y chilla nuevamente, me separé riendo y se abrazó avergonzado, ocultando una pequeña sonrisa en sus labios. Me incliné ligeramente, su cabeza se ladeó mirándome, pude perderme en esos orbes chocolatosos que tenía en su rostro.

—Sabia que tú sonrisa es linda, pero en realidad es tan preciosa - susurré bajo, me miraba con esa timidez, observé que tan flexible era y relami mis labios un poco, sintiéndo nuestra respiración mezclarse un poco.

Mordió su labio inferior separandose se mi un poco brusco, evitando mi mirada.

Mi mandíbula tembló y me separe haciendo que recuperase la respiración tanto como para mis pulmones como para los suyos, sintiendo mucho y a la vez dejándome perplejo, me moví un poco.

¿Debería..?

Esta vez dejé que incluso mi lobo ayudase.

Quise sentir sus rosaditos labios sobre mi boca. ¿Sabian a lo que el olía?

Lo atraje a mi bien, tomando ese atrevimiento.

Sus rizados cabellos cayeron sobre sus ojitos y me miró con ojos grandes y brillantes casi asombrado por esa acción.

—Ven a vivir conmigo - Hablé, mi voz sonando un poco ronca, sus mejillas vuelven a tomar color. Y aguanta una risa —Se que ya lo haces, pero quiero pedirtelo bonito.




Dylan

Muerdo mi labio un poco, sintiendo mi pechito tibio y mi corazón acelerado un poco. Sentía su aroma sándalo en mi olfato. Y ladeo mi cuello después de haber reido.

—No te quiero molestar - respondí un poco- Ya no quiero molestar a nadie.— Mi voz se tornó en un susurro, no quería dar lastima.

Sentí sus labios rozar los míos y me separo de el. 

Su cercanía me estaba colocando nervioso.

—Nunca serias una molestia Dy, — alcé la mirada un poco, encontrándome con sus ojo cálidos en una pequeña sonrisa,—es más, ya no me sentiría tan solo — Murmuró—, bueno, eso .. eso no importa... Podría tal vez conseguir.. - se perdió un poco y niega después para verme bien—pero ¿Quisieras?

Marcado[1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora