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Desperté en una cama de hospital, al abrir los ojos ni me sorprendí, vi las misma enfermeras de siempre y el mismo que doctor que siempre atendía mis sobredosis, nada nuevo que ver ni sentir, todo con su monótono sufrir.

— Hola Cárter, como te sientes hoy?- Me pregunto Richard, mi doctor desde los 10 años, mirando sus papeles y anotando cosas.

— bien Doc, y tú, qué tal la esposa? Y los niños?

— todos bien Cárter, pero no mientas ok, acordamos esto hace ya 5 años, no me mientas- puso su mano a los pies de la cama mirándome con tristeza, este hombre me vio crecer y supongo que no será fácil verme en este estado.

— Rich, yo.... tú sabes problemas que nunca me sobran, tú.... tú lo sabes mejor que nadie, solo déjalo si- respondí a la defensiva.

— suspira profundamente- está bien Cárter, tú madre dijo que tomarás un taxi está de viaje de negocios con Mariana, volearan en un par de semanas..... yo te....

— no, como dije Rich, estoy bien- le sonríe aunque creo que pareció más una mueca que una sonrisa.

Richard me ayudo a quitarme las sondas y sueros que tenía en mi brazo, me acompañó hasta la salida y luego de llenar unos papeles ya iba en un taxi hacia casa- suspiró- por fin solo.
Entre en el vacío departamento, inspire todo el aire de tranquilidad que había, sin mi madre todo parecía tan maravilloso, la soledad es tan hermosa, aunque si estoy un poco preocupado por Mari, tal ves la llame más tarde para ver qué "negocios" está haciendo mi madre.
Mi tire en el enorme y cómodo sofá y encendí al TV, era raro que yo disfrutara de un momento a solas, es momento de aprovechar.

Estaba tranquilo disfrutando de un domingo en casa, sin hacerle daño a nadie cuando escucho golpes en mi puerta.

— Quien?

— Cárter, soy yo, Masón, puedo entrar?

— se lo pensó un poco pero luego se puso de pie y se dirigió hacia la entrada- hola.

— Hola

— como sabes donde vivo?

— eres el chico millonario que está en boca de todos últimamente y siempre así que no fue difícil.

— mmm.... y que necesitas, un poco de azúcar.

— jaja, no, hablar.

— sobre qué?- le respondía desganado y con cierta pereza, la verdad no quería hablar con él en lo más mínimo.

— Nosotros- esto me dejo helado, casi cierro la puerta de golpe pero recobre la postura.

— no hay, ni hubo, ni habrá un nosotros y tú te encargaste de eso.

— oh vamos, éramos niños, solo estábamos en secundaria y teníamos 13, que esperabas, que me casara contigo.

— en lo absoluto, solo era un chico que le gustabas, al cual le diste la humillación más grande delante de toda la escuela.

— mira yo....

— NO, LES DIJISTE A TODOS QUE ERA GAY CUANDO NI YO SABÍA LO QUE SENTÍA, NO SABES QUE TUBE QUE HACER PARA DISIPAR ESOS RUMORES, aunque ahora me importa un comino, si ya terminaste puedes irte- Me volví a la sala con el siguiéndome.

— lo siento- frene en seco- lo siento mucho Cárter, siento si te lastime, es que era un tonto de Niño, y lamentó haberte echo eso, creo que ni yo quería aceptar que me gustaban los chicos y no las chicas, que me gustas tú y no las chicas.

— yo te gus-taba?!

— dije gustas Cárter, porque me arrepiento cada segundo de haberte rechazado, me gustabas a los 13 y me sigues gustando, lo qué pasa es que era como tú, un chico que penas se estaba conociendo a sí mismo- se acercó a tomarme la mano y la parte enseguida.

BullyingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora