Capítulo 7: Deseo intenso.

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Me separé de Joaquín frenando el mal beso del momento, ahora definitivamente sería yo quien controlara este infierno.

Lo bese con intensidad y lo pegue más a mi cuerpo al suyo, esta noche lo haría mío solo para quitarme estas ganas inmensas de poseerlo.

Pero esta vez fue el quien me apartó, su respiración era agitada se notaba la excitación pero la confirme al ver su erección tan notoria por encima de su pantalón.

-Lo siento no puedo seguir con esto- dijo Joaquín con la mirada agachada -juro que llegara el momento en el que vendré por ti Samantha, eres mía y te lo mostraré- me volvió a besar y después de eso se marchó del bar sin mirar atrás.

Mordí mi labio inferior mientras miraba como se marchaba del bar, el deseo que tenía en ese preciso momento era demasiado y no me quedaria con las ganas de follar esta noche.

Y como por arte de magia se volvieron a acercar a mi los mismos chicos de antes, el deseo era más de lo que podía soportar y definitivamente no lo quería soportar.

Salí del bar junto con los dos chicos Jhean y Daniel estaba dispuesta a todo, y hacerlo en mi carro era una opción que se formaría en una exquisita realidad.

Una vez dentro de mi auto me saque la ropa lentamente, un oral a Jhean era lo primero que se me vino a la mente, follar nuevamente con gemelos era algo tenía en mente por la exquisitez que producía y esperaba ansiosamente de que ellos no me dejan pensando lo contrario.

-Hermosa, yo seré quien te haga un oral pero ¿estas segura que quieres mojar los hermoso acentos de tu mereces?, aquí cerca hay un hotel si vamos te haré lo que ni piensas que existe posible en esa vida- dijo Jhean con ojos de lujuria.

-Yo concuerdo aparte aquí es un poco apretado como para coger los tres y haya tendríamos movilidad y así saciar todas las ganas que te tengo- dijo esta vez Daniel.

Sin más que pensar decidí volverme a vestir y así conducir hasta el hotel el cual conocía perfectamente donde estaba ubicado ya que generalmente ahí era donde íbamos con Aishi cuando no queríamos follar en nuestra casa o en la de ellos con nuestros caballeros de una noche.

Una vez llegamos la joven del mostrador me reconoció al instante porque como dije antes íbamos ahí siempre que queríamos y lo más importante es que siempre con hombres diferentes.

-Hola señorita Samantha- dijo la joven que desde la primera ves que me vio entrar por esa puerta me mira como si quisiera comerme con todas sus fuerzas, lastima que a mi no me van las mujeres pero sabía perfectamente que si un día me cansaba de los hombres con ella podría experimentar exquisitamente el sexo entre mujeres.

Casada con un virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora