Capítulo 35: ¿Estas embarazada?

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Podía dormir perfectamente todo un día sin problema alguno y así había pasado el día anterior, sólo me había levantado a cenar cosas que hice muy rápido y nuevamente subí para dormir, extrañamente me sentía más cansada desde que había llegado tenía que ser por el cambio de hora y el estrés que había tenido este mes había pasado lejos de Joaquín obviamente.

Joaquín era totalmente al contrario de mí solamente había dormido un par de horas sus obligaciones de Alpha no le dejaban casi tiempo pero aquí estaba yo a las 5 a.m. sin poder dormir mientras mi hombre dormía plácidamente mi cuerpo lo pedía a gritos y ya no podía ignorar lo así que me levanté tenía que satisfacerme.

-¿Donde vas tan temprano?- viejo incorporándose la cama mientras restregaba sus ojos como si fuera un niño pequeño, era tan dulce verlo de esa manera

-Solo me iré a dar un baño y volveré a la cama Recuerda que ayer me sentía más cansada de lo normal como para hacer algo que no fuese a dormir no quise despertarte lo siento- dejé un casto y dulce beso en sus labios - sólo duerme, aún no es hora para que te levantes debes estar demasiado cansado por lo que deberías dormir más- el solamente se limito a asistir para luego volverse acomodar en la cama y así dormir lo que me dio mucha ternura todo de él me lo daba.

Volví a caminar hasta el baño para así poderme despojar de toda la ropa que traiga, ya una vez dentro fue lo que hice, puse el agua lo más helada que se pudiera y entre a la ducha.

El agua completamente helada como el hielo cubrió mi cuerpo por completo y era lo mejor no había nada mejor que el agua bien fría para lo que haría unos 15 minutos después de salir de mi magnífico frío paraíso momentáneo.

-Mierda mi ropa no está aqui- susurré para mí misma por lo bajo sin querer que nadie me escuchara Caminé hasta la puerta para salir de la habitación y por los curó del pasillo hasta la habitación es la que me quedaba anteriormente todo eso solamente cubriendome con una toalla.

Abrir la puerta de lo que antes era mi clóset y entre a este de que una gran cantidad de ropa sobresalía en él me coloqué lo más deportivo que tenía y ya vestidas salí del cuarto camine sin hacer ruido alguno hasta la entrada principal no quería despertar ni a Joaquín ni a nadie de la casa.

-¿Que estas haciendo aquí Samantha?- pregunto Santhiago, con unos más o menos 30 personas aproximadamente entre hombres y mujeres, no se le veía triste o por lo menos no tanto como estabas en par de días realmente creía que nuestra conversación había hecho bien y eso me alegraba.

Casada con un virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora