Capítulo 28: Aishi murió.

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Segunda maratón gracias por la espera 1/5

-Me duele la cabeza- dije incorporandome la cama, miré a mi alrededor y era todo completamente desconocido para mí sólo estaba Joseph a mi lado -Joseph- llamé una y otra vez para que me despertará, empecé a moverlo pero aún así no despertaba, él tenía un sueño más pesado de la vida -¡Despierta!- grité pero en el mismo momento en el que lo hice me arrepentí ya que el dolor de mi cabeza se hizo mucho más fuerte.

-Samantha, hasta que despiertas- dice el muy hipócrita estirándose para luego dejarme ver claramente aún muy cansado y ojeroso Joseph.

-¿Que ha pasado que tienes esa cara? no te ves para nada sexy con esa cara que te gastas en estos momentos estás muy... mal- dije burlándome por su cara de cansado seguramente el portal que hizo para traernos hasta aquí lo tuvo que haber dejado muy débil.

-Lo dice la princesita que lleva dos días enteros durmiendo y tenía que quedarme a cuidarte en todo momento y por cualquier eventualidad tenía que protegerte- dijo dando un bostezo, también había dicho dos días durmiendo y recordar Joaquín quería verlo, quería abrazarlo y sobretodo robarle besos sin que se lo esperará.

-¿Dos días enteros?- pregunte aún muy poco convencida de eso -¿Ese es el motivo por el cual estas tan cansado?- volví a preguntar - vos tanto tiempo cuidándome y creo que no tiene que ser nada fácil por eso muchas gracias por estar siempre conmigo- dije en mientras sonreía en agradecimiento.

-Tú misma lo has dicho te he cuidado por tanto tiempo o para ser más específico por tantos años que estos dos días no han sido nada Sólo necesito descansar un poco para mantener esta apariencia- dijo volviéndose estirar para aplacar un poco de sueño que tenía en ese momento y el cual le estaba ganando.

-¿A aquí te refieres cuando dices que tienes que mantener esa apariencia?- preguntas estaba ya que no sabía lo que se refería Será que es más viejo de lo que parece y no quiere Mostrarme su verdadera cara y Prefiero estar así de buenardo esa duda rondaba mi cabeza una tras otra, tengo una muy gran imaginación.

Casada con un virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora