Capítulo 34: Estas como para...

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-¿Joseph?- pregunto Aishi con todo seductor -No me lo puedo creer estas como para...- mi querida amiga no puedo ni siquiera terminar lo que estaba diciendo ya que Federico tapó su boca y gruñón en desaprobación y celos.

-Aishi, por favor te lo diré de la forma más linda la que puedo, no quiero que tengas esos pensamientos tan impuros con nadie más que no sea conmigo los puedo leer y no tienes descaro alguno en pensarlo sabiéndolo, qué mala eres por eso te castigare- Federico estaba que echaba fuero por la boca miraba a Joseph como si lo fuese a matar pero este no prestaba atención alguna ante la mirada amenazante de Federico, cuando le destapó la boca esta hecho a reír como la verdadera desquiciada que es.

-Puedo hacer y pensar todo lo que yo quiera, con quien quiera y cuando quiera pero contigo lo hago, ni siquiera por qué te enojas tanto o por qué te pones tan celoso hombre, aparte a quién quieres engañar míralo Joseph está como para chuparle hasta el alma- dijo sin preocupación alguna ganándose una mirada de muy pocos amigos por parte de Federico logrando así que todos rieramos menos Santhiago algo me decía que nada lo haría reír hasta que cumpliera su venganza.

Santiago se había vuelto más distante mucho más ya no eres el mismo chico tierno que me cayó bien en el primer momento en que lo conocí estaba apagado como si estuviera muerta en vida y no era para menos había perdido ambos padres y yo sabía que se sentía exactamente pero mi reacción fue muy diferente él quería venganza y yo sólo quería salir distraerme con cualquier hombre que se cruzaste en mi camino incluso mujeres lo cual así como fue bueno en su momento también hubo malas experiencias Como por ejemplo Matthew y Lucas aún así pensando lo de otra manera si no hubiera sido por Matthew no hubiera conocido ese día Joaquín o quizás si pero de otra forma.

-¿Podemos hablar a solas Santhiago?- pregunte con bastante seriedad a lo que él asistió en respuesta -Ya volvemos- le di un beso en la mejilla a Joaquín, todos me miraban sorprendió y no sabía si era por mi forma de hablar a Santhiago o mi forma de ser con Joaquín.

-¿De que quiere hablar conmigo luna?- preguntó una vez habíamos salido de la casa y estábamos bastante lejos como para que mi Joaquín ninguno del resto nos pudiera escuchar.

Casada con un virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora