Capítulo 5: El miedo de perderte.

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En lo único que pienso desde que entré a la suite es en ese chico de elevador, Joaquín sonrío internamente al recordar su nombre y esos hermosos e inolvidables ojos color pardo.

Vi que sacaba un látigo de cuero, sabía o daba por asegurado que lo usara en mi sin compasión alguna, el es un sádico de los peores y lo sabíamos por el simple hecho de que April siempre tenía maracas de amarras en sus manos o uno que otro hematoma que intentaba ocultar con maquillaje.

-Por favor no lo hagas- dije fingiendo más miedo del que realmente sentía en ese preciso momento.

-No claro que si lo usaré y lo haré hasta que sangres- dijo dando el primer latigazo.

Sentí como cada músculo de mi cuerpo se contraía y en vez del placer que antes sentía en el masoquismo ahora solo sentía mucho dolor, un dolor muy fuerte que se posaba en mis pechos y abdomen.

Gotas saladas llegaron a mi boca y me sorprendí en ese momento al darme cuenta que lloraba por no querer estar ahí pero me volví a repetir lo mismo que había dicho en el elevador -hay veces que uno tiene que hacer lo que tiene que hacer por las personas que amas- repetía una tras otra vez esas palabras en mi mente mientras Matthew seguía azotando me con fuerza.

Una vez se cansó con el látigo se posicionó en medio de mis piernas metiendo sus dedos en mi vagina con brutalidad como si en ves de sus dedos fuera su asqueroso pene.

-Date vuelta y te pones en cuatro zorra- dijo con la misma altanería que siempre había tenido.

Sin tener otra opción obedecí a su deseo, el definitivamente haría lo que quisiera, era un ser sin escrúpulos viéndome llorar y aún así no parando de azotar mi cuerpo.

-Si que estás mojada, eres toda una pervertida, llorando y aún sabiendo que te voy a violar como le llamas pero nada de eso quita que realmente te está gustando eres una cualquiera- dijo el maldito asqueroso aún así no pude evitar sentirme mal por todo que me estaba diciendo aún no disfrutándolo si estaba mojada y muy sensible.

Un ruido demasiado fuerte se siento en la puerta principal de la suite, no sabia porque pero en lo primero que pensé fue en esos ojos pardos y su dueño Joaquín pero me sorprendí más al ver quien realmente era.

-Matthew Phirson usted queda bajo a resto por abuso sexual en una niña menor de edad, chantaje e intento de violación  más agresión física todo lo que diga será usado en su contra, mejor te consigues un abogado porque te esperar muy años tras las rejas- dijo uno de los policía que venía justo a Aishi y April.

Casada con un virgenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora