Capítulo 15

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Esperé al 12 de diciembre para tener una conversación seria con Álvaro viendo que nuestra relación iba viento en popa pues ya que no solo la convivencia notaba que había mejorado con creces si no que encima de vez en cuando me llamaba "cielo" o "cariño", además el sexo le había encantado y me lo pedía religiosamente día tras día,incluso un día que nevó mucho le mencioné lo de superar el "récord de tres orgasmos en un día" y no salimos de la cama; al final hasta perdí la cuenta de cuántas veces le hice llegar a su clímax.Por lo que en ese periodo de sobremesa cuando terminamos ambos de lavar los platos, ya que él los lavaba sentado y yo los secaba y los colocaba, le indiqué señalando un sofá:

-¿Podemos hablar?-Se encogió de hombros mirándome extrañado y nos sentamos los dos en el mismo sofá, le miré preguntando:-¿Sabes cuanto llevas viviendo en esta casa?-Sonrió y girando como pudo se sentó sobre mí dejando las piernas sobre el sofá, llevó sus manos a mi nuca y contestó con una enorme sonrisa:

-Un mes¿Es que quieres que hagamos algo para celebrar nuestro"mesario"?-Esa pregunta fue una verdadera sorpresa y más la utilización de la palabra "mesario" que no la había escuchado en la vida pero como me dijo Vicente a los jóvenes le gusta poner nuevas etiquetas a la cosas.

-En realidad no.-respondí tenso, acaricié su costado mientras le tenía entre mis brazos intentando que mi mente volviera a mi idea original y no dejar que su pregunta que me descolocó hiciera que me olvidara por lo que le indiqué:-Lo que quiero saber es que si en este tiempo vas sintiendo que esta es tu casa.-sonrió y afirmó.-Pues con eso en la mente te quiero pedir un favor, que llames a tus padres.

-¡¿Qué dices?!-preguntó alarmado y se puso tan rápido de pie que casi se cae, le sujete impidiendo su caída, rápidamente cogió las muletas y caminando hacia la cocina replicó:-¿Se puede saber por qué debería? ¡¿Por qué quieres ese favor?!

-Dijiste que no querías llamarlos por eras un vagabundo, ahora tienes un hogar aunque sea compartido como decías. Ya puedes llamarlos e informarlos que estás bien y que tienes una buena vida, tampoco hace falta entrar en detalles.-respondí serio.

-¡¿Pero para qué?!-preguntó enfurecido volviendo hacia los sofás.

-¡Joder!¡Porque son tus padres!¡Para que sepan!-repliqué en un tono parecido.

-¿Y qué? Ya soy mayor de edad puedo hacer lo que me plazca.-replicó serio parando su paso.

-Por eso te pido que me hagas el favor ¡A mí!-declaré señalándome.

-¿Pero tú que tienes que ver?¡¿Qué ganas?!-cuestionó caminando de nuevo hacia la cocina.

-¡Tranquilidad!Maldita sea¡Tranquilidad!-Me levanté y me puse frente a él respondiendo:-¿Qué que tengo que ver?¿Dónde estás viviendo? ¡En mi casa!¡En la casa de un tío que te supera doce años!¡No lo entiendes!-Álvaro parecía realmente confundido, suspiré y más calmado dije:-Aunque seas mayor de edad tú imagina que por algún casual tu familia se entera que estás aquí, la primera impresión no es nada favorable para mi y me pueden ver como un criminal que retiene a su hijo entre otras cosas.-Volví a suspirar.-Si ya no lo vas hacer, como te he insistido muchas veces, por quitar un peso a tus padres y mantener el contacto con tu familia pues me parece muy importante, al menos hazlo por mí, declara a tus padres que estas aquí por tu propia voluntad y sobretodo que estás bien ¡Hazlo por mi!

-Esta bien.-murmuró cabizbajo.-Los llamaré ahora que estarán todos en casa.-indicó moviéndose hasta la mesa de té que era donde se encontraba su teléfono.

-¿Te importa ponerlo en manos libres y que escuche la conversación? Me quedaré más tranquilo.

-Vale pero mantente callado.-indicó serio, nos sentamos en el mismo sofá,entró en la agenda y pulsó el altavoz, al descolgar no le dio tiempo hablar.

Diego y el vagabundo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora