Capítulo 22

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El padre de Álvaro llamándome "Señor" no podía comenzar peor la presentación, me pilló tan de sorpresa que abrí mis ojos y eché para atrás mi cuerpo de forma leve al escucharlo "¿Acaso no sabía que venía su compañero de piso? ¿No me digas que le parece imposible que viva conmigo?" Me cuestionaba inquieto. Lo que me faltaba en ese momento para ponerme más nervioso, pero Álvaro no pareció darle importancia me señaló y respondió con una dulce sonrisa:

-Es mi compañero de piso,Diego.-Su padre abrió los ojos de susto,de forma descarada me miró de arriba abajo poniéndose serio y confesó:

-Lo siento, cuando Álvaro me dijo que compartía piso me esperaba a un veinteañero.

-Lo soy.-Me miró con gesto de no creerme por lo que enseguida dije:-Tengo 29.-Mentí pensando que quitarme un año no dañaría a nadie, eso sí provocaría un corte al padre de Álvaro y tenía la esperanza que mejorase un poco mi imagen pues tenía claro que no le agradaba, de todos es sabido que para un precio suena mucho más bajo 2,99 que 3, así que esperaba que pasase lo mismo con la edad. La idea no salió muy bien por que puso una mala mueca pero tendiendo una mano indicó :

-Soy Roberto.-Acogí su mano diciendo serio:

-Encantado.

-Yo Verónica.-Indicó la madre teniéndome también una mano, no estaba seguro si debía estrecharla o esperaban algún tipo de gesto protocolario que desconociese, así que alcé su mano un poco y agachando mi cabeza dije con un tono amable:

-Señora.

-Encantada.-contestó con una sonrisa y señalando a Roberto indicó:-Mi marido se refería a que se esperaba algún universitario o alguien más del estilo de Álvaro, tú eres...muy normal.

-Yo soy Silvia.-Indicó la hermana de Álvaro con una gran sonrisa que también me tendió una mano, al ser tan linda me atreví a besar sus nudillos como si fuese una princesa diciendo:

-Encantado,Silvia.

-¡Wylon!-Gritó de repente el padre, este no tardó en aparecer y al hacerlo Roberto preguntó:-¿Está el comedor listo para el té?

-Sí,señor. Cuando gusten pueden ir.-respondió señalando hacia el pasillo.

-Vamos ya-Indicó serio iniciando la marcha.

El comedor tenía una mesa alargada para unos 20 comensales, la sala repleta de nuevo de obras de arte, tenían algunos armarios en una pared y en la otra dos grandes ventanales que se apreciaba una vista de una arboleda y un lago a lo lejos, todo era bastante rimbombante. Roberto se sentó en una silla de borde y fuimos ocupando asientos a su alrededor, a su lado Verónica y Álvaro yo al lado de este y frente a mí su hermana. Guardamos silencio mientras Wylon nos servía el té y nos mostraba unas pastas caseras, al marcharse preguntó Álvaro a su padre:

-¿Las ha hecho María?

-Se que te gustan así que aparte de "tamales",-señaló el nombre de esa comida así que pensé que a Álvaro le debían encantar,-la he dicho que hiciera estas pastas que te gustan tanto.-Álvaro enseguida llevó la mano a una y al dar el primer mordisco hasta cerró los ojos para saborearla, me apareció una sonrisa sin querer al apreciar en su rostro un gesto tan placentero, era tal que me entraron ganas de probarlas por lo que llevé mi mano a una, mientras lo hacía Roberto me preguntó no muy cómodo con su pregunta:-Entonces...¿Vivís los dos solos?

-Sí.-respondió Álvaro serio.-¿Qué pasa, padre?-preguntó extrañado.

-Pasa...-Lanzó una gran exhalación restregándose los ojos con el pulgar e índice de una mano haciendo que me temiese lo peor de las palabras que dijera a continuación.-¿Cómo es que vivís juntos?-Suspiré en mi interior apreciando que había modificado de forma ligera la línea de su conversación.

Diego y el vagabundo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora