Capítulo 19

118 8 0
                                    

Nos dormimos tarde pues además de salir de madrugada del bar luego tuvimos que volver a casa en coche, hacía mucho que no tenía un día tan ajetreado, entre comprar y luego salir de fiesta llegué agotado a casa por lo que sin siquiera ponerme el pijama me lancé sobre la cama.

-¿Qué crees que haces?-preguntó Álvaro serio, le miré extrañado y metiéndose en la cama declaró mostrando una sonrisa pícara:-Hoy no lo hemos hecho ni una sola vez.

-¿De verdad no puedes esperar a mañana?-pregunté sonriente quitándome la camiseta.

-No y más viendo el tirón que tiene mi novio.-contestó quitándose los pantalones.-Me hace sentir aún más agraciado.

-Yo también me siento agraciado a tu lado.-Confesé situándome encima de él.

Después de hacerlo apasionadamente caímos rendidos al sueño por lo que desnudos y abrazados nos quedamos dormidos, agradecía que el edredón fuese fuerte y nos daba suficiente calor si no ese tipo de tonterías hacen que luego se pille uno un buen resfriado. Abrí mis ojos deforma dificultosa ya que el sonido de mi teléfono me despertó, no era la alarma, alguien me estaba llamando, por lo que intentando no despertar a Álvaro que me usaba de almohada descolgué el teléfono y casi en un susurro pregunté:

-¿Sí?

-Buenos días ¿Te ha tocado la lotería?-Era mi madre que me llamaba para hacerme la misma pregunta que me hacía todos los 23 de diciembre, un día después de la lotería de navidad y todos los años la respondía lo mismo:

-No,mamá, sigo siendo pobre.-Miré a Álvaro y le intenté poner a mi lado sin que se despertase pues quería hablar con mi madre.-Pues hoy te iba llamar ¿Podemos quedar hoy en vez de mañana? Se que siempre quedamos todos los 24 de diciembre pero mañana tengo planes.

-¿Con un niño?-preguntó seria, miré a Álvaro que parecía dormido y me incorporé un poco dándome cuenta que la casa estaba fría por que el día anterior la chimenea estuvo desatendida y que estaba desnudo por lo que fuera del edredón me quedaba helado, por lo que tapándome un poco sentado en la cama pregunté en bajo:

-¿Qué pasa, mamá?¿Qué te han dicho?

-Que contigo vive un vagabundo, un niño.-Puse una mueca pensando que ya había tardado mi madre en decirme nada. " A lo mejor quería que se lo dijera yo" determiné, por lo que guardando el mismo tono susurrante repliqué:

-Vagabundo sí, niño no. Puede que lo aparente pero es mayor de edad,estoy seguro de ello he visto su DNI por si te preocupaba.

-Me preocupa que dicen que eres un pederasta, Diego y que le rompiste una pierna para que no se fuera.-informó seria.

-¡Qué!-miré a Álvaro que por suerte se mantenía dormido a pesar de mi voz y farfullé:-Que hijos de puta lo que inventan ¿Quién te ha dicho eso?

-En realidad lo comenta todo el pueblo, el único que piensa diferente es Federico, él dice que el niño se rompió la pierna por accidente y que tú le has acogido.

-¿Y tú que crees qué es?-pregunté serio empezando a pensar que no creía en mi.

-Quiero creer ha Federico.-respondió tras un suspiro.

-¿Quieres?Mamá, por favor. Me da igual lo que piensen todos esos hijos de puta pero que tú puedas llegar a pensar que yo soy así me duele.

-¿Pero es que no me has hablado de él, hijo?¿Por qué le ocultas?

-Por que llevamos poco, mamá y cuando te presenté a Javier le atosigaste. No quiero agobiar a Álvaro de esa manera tan pronto.

-¿Qué le atosigué?¿Pero qué dices, Diego?-Suspiró.-Esta tarde dices de vernos en el bar ¿no? Pues trae al muchacho que le conozca.

Diego y el vagabundo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora