Capítulo 29

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Tras la misa y el chocolate fuimos de vuelta a la casa de los padres de Álvaro para dormir, lo cierto es que andaba algo cansado no solo por que había sido un día lleno de emociones, si no que también por el viaje y el largo paseo por las calles del centro de Madrid me tenía agotado.

El mayordomo a pesar de las horas, ya que Roberto le llamó mientras volvíamos a casa, y ataviado con un pijama elegante de seda nos guió a Álvaro y a mi a una habitación comentando:

-No puedo ofrecerles otra habitación más que esta ya que el señor me indicó que les preparase la más cercana a su dormitorio. Sobre la cama tienen unos pijamas.-Me miró informando: -El señor le regala uno de los suyos,  está nuevo, quiere que lo vea como un pequeño obsequio por Navidad.

-Se lo agradeceré cuando nos veamos mañana.-respondí serio.

-Por lo que puede llevárselo ya que es suyo o quedarle aquí para futuras visitas.-propuso abriendo la puerta de la alcoba, con una pequeña reverencia indicó:-Qué descansen.

-Wylon ¿Mi padre te dijo eso de "futuras visitas" con respecto al pijama?-Preguntó extrañado Álvaro mirándole.

-Señorito Álvaro, usted sabe perfectamente que yo no digo nada a los invitados a no ser que me lo indiquen,-explicó con la misma actitud recia de siempre.

-Buenas noches,-deseó Álvaro apretando el gesto mientras entraba en la habitación. Al penetrar en la habitación Wylon cerró tras nosotros, mientras caminaba hacia la cama miré preocupado a Álvaro preguntando:

-¿Pasa algo, Álvaro?

-No se si se piensa mi padre que nos vamos a quedar a vivir solo porque intente ser amable contigo, además se ve a la legua que es algo forzado.-contestó cuando comenzaba a cambiarse.

-No creo que piense eso, Álvaro, pero sí que vengamos de visita no solo en navidad si no en multitud de ocasiones.-repliqué empezando a desnudarme y le miré declarando:-Es tu padre y es normal que quiera eso, mira, si quieres no me importará venir en fiestas. No hace falta que cuando vengamos nos quedemos mucho, como hemos hecho hoy está bien o algo parecido.

-¿De verdad harías eso por mi?-Preguntó extrañado.-No hace falta, de verdad.

-Tu familia también se está esforzando y el mal trago de la presentación y contar lo nuestro ya está hecho.-Metiéndome el cama comenté con sorna:-Ahora a disfrutar de mis suegros y cuñada.

-Eres el mejor, Diego.-declaró alegre abrazándome.

-Tú si que eres el mejor, cariño.-repliqué besando su frente mientras nos acurrucábamos el uno contra el otro. A pesar de como creía me era incómodo dormir en cama ajena con mi novio y sus padres en la habitación de al lado, caí dormido pronto por el cansancio.

Me desperté por el murmullo de una conversación cercana, abrí mis ojos viendo a Álvaro profundamente dormido sobre mi, solos en la habitación y la puerta cerrada la conversación parecía venir tras ella:

(Roberto)-Despiértalos y les avisas que el desayuno está listo. Que bajen en pijama ya que toda la familia acostumbra hacerlo así en Navidad pero diles que es por que los estamos esperando. Cuando los despiertes llama solo una vez y abre, quiero que luego me digas como se encontraban.

(Wylon)-Como ordene, mi señor.

(Roberto)-Intenta que eso de la puerta parezca que sale ti. Anoche escuché como Álvaro te decía que te indiqué lo del pijama, eso meda igual señalar que he sido yo pero esto me puede perjudicar.

(Wylon)-Haré lo que esté en mi mano, señor.

(Roberto)-Iré al comedor. Que no tarden.

Al haber escuchado todo eso tuve una idea por lo que me desnudé rápido y me puse de pie, mientras me ponía de pie llamaron a la puerta y mientras Wylon la abría me puse una mano a a cintura y la otra la alcé por encima de la cabeza inclinado un poco mi cuerpo como realizando estiramientos, al verme Wylon abrió los ojos y desvió la mirada hacia un lado.

Diego y el vagabundo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora