Capítulo 1

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Me llamo Diego, soy un hombre de 30 años que vive solo en un pueblo de montaña, más que en el pueblo,cerca de él en una pequeña casa de campo y con algo de terreno a su alrededor de mi propiedad. Todo ello, casa y terreno, regalo de mi padre cuando declaré a mi familia mi orientación sexual ¿Un regalo por ser gay? Se podría pensar así pero en la realidad se podía comparar más con un destierro. La casa se encuentra en lo más alto del pueblo y además de no tener casas vecinas hasta no bajar un par de curvas de la mala carretera, allí no va nadie a no ser que vayan al bosque. En ese terreno me "desterró" mi padre, me señaló que no pensase en bajar los domingos a comer y ni me molestase en saludarlo si lo veía por el pueblo, mi hermano imitó el comportamiento de mi padre, por lo que la única que se vio afectada por esta decisión fue mi madre, con la cual si mantengo contacto telefónico y quedo una vez por semana para tomar algo en el bar del pueblo y vernos. Al principio todo eso me dolió mucho y estuve bastante tiempo deprimido pero gracias a mi madre lo fui superando, además con el paso de los años me he acostumbrado y ya no me importa, lo cierto que ahora lo pienso y analizo que gracias a que mi padre quisiese inmediatamente echarme de casa y a las peticiones de mi madre ahora tenía una casa y terreno por lo que gran parte estaba agradecido.

Era un 12 de Noviembre, un día que hacía más frío de lo normal para la época ¿Iba a nevar? Eso decía el parte meteorológico y más a la altitud a la que nos encontrábamos, bajé al pueblo a comprar pan para dos días, algo de leche y huevos ya que con el frío que hacía prefería salir poco de mi casa y disfrutar todo lo posible del calor de la chimenea. Cargado con las bolsas fui hacia mi coche donde deje todo en el asiento del acompañante, me disponía a marchar hasta que vi algo verdaderamente extraño en el pueblo: un malabarista. Cerré el coche y me acerqué al joven circense, el joven ni parecía ser mayor de edad, portaba y bailaba con gracia los denominados palos del diablo o chinos, lo lanzaba, lo volvía a recoger con los otros pequeños palos, lo giraba, lo botaba en su cuerpo, realmente una actuación digna de ver. Sin querer me quedé embobado admirando su destreza y su belleza, todo su ser radiaba juventud, era un chico bastante menudo,alto pero no tanto como yo, con cabellos morenos y unos precioso ojos verde claro, tan... guapo.

¿Soy tan estúpido que a pesar de mi edad me acababa de enamorar a primera vista? Así lo sentí, por que noté a mi corazón latir rápido sin parar y a mi mente divagar entre distintas formas de poseerle por lo que cuando acabó su actuación y se quitó su sombrero tipo fedora negro llevé rápidamente mi mano a la billetera para poner algo en su sombrero e intentar iniciar una conversación; todos los demás habían echado pocos céntimos, además las monedas de más valor que veía no superaban los 20 céntimos. Yo me quede el último observándole y analizándolo un poco más, calzaba unas botas militares y vestía unos pantalones de camuflaje con una camiseta de rayas grises y rojas bajo su chaqueta de cuero, el pelo aunque no era muy marcada se notaba una cresta y un rapado crecido de los lados, al ver todo eso, mientras soltaba un billete de 5 € en su sombrero pensé "No puede ser que me haya enamorado de un punk" levanté mi mirada hacia su rostro que agradecía mi pago con una gran sonrisa y dijo:

-¡Wow!¡Gracias, señor! Hoy podré comer algo decente.-Me dolían sus palabras, primero por llamarme"señor" y segundo por que no quería que ese niño tan hermoso pasase hambre.

-No me llames "señor" que no soy tan mayor.-comenté mirando a otra parte, señalé su recaudación viendo que no superaría los ocho euros mientras dije:-Con eso poco vas a comer y en este pueblo poco vas a ganar de malabarista.

-Estoy de paso, solo quería ganar algo para comer pues me muero de hambre.-contestó mientras parecía contar las monedas.

-Oye, si quieres con eso compra algo para el camino y yo te invito a comer.-propuse sin mirarle pensando que a lo mejor podría sonar extraño y no aceptase.

Diego y el vagabundo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora