Capítulo 3

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Me desperté temprano, lo cierto es que tenía ganas de levantarme y ver a Álvaro, empecé a pensar en ideas para pasar el día con él y que no se le pasase por la cabeza marchar.

Eché un par de troncos a la chimenea para mantener la casa la caliente, a pesar del ruido el joven seguía dormido, no sabía decidir si era más guapo dormido que despierto pero dormido tenía un gesto de felicidad en su rostro que me agradaba admirarlo, tanto, que una sonrisa dibujada en mi rostro no desaparecía, nada más tenerlo en mi salón parecía ser suficiente para mantenerme feliz.-Te haré el desayuno,-indiqué alegre al aire mientras me dirigí a la cocina tras haber permanecido largos minutos de pie mirándole, y en susurro añadí "cariño mío".Preparé una cafetera, tostadas y llevé dos jarras a la mesa: una de leche de cabra y otra de leche de vaca para que eligiese, además mantequilla y mermelada casera que hice en verano con las fresas de mi huerto, miré el tarro reutilizado pensando "Seguro que le gusta que sea casera y además ecológica, a lo mejor tirando por estos aspectos le convenzo para que viva aquí, para que viva conmigo." Con la mesa puesta me dispuse a despertarlo, que buena escusa para poder tocarlo y acariciarlo, pasé mis manos de forma delicada por su rostro mientras decía: -Álvaro, el desayuno está listo.-Noto como si la temperatura de su rostro fuese muy alta, por lo que algo asustado llevo mi mano a su frente notando de forma clara que tiene fiebre:-¡Álvaro!

-Por favor,tío, no grites. Me duele mucho la cabeza.-dice de forma moribunda, se lleva una mano a la garganta.-Mierda, la garganta también.-Abre los ojos de forma dificultosas que se muestran ligeramente llorosos y empezó a quejarse con ruidos y replicó:-Joder, es como si me hubiera atropellado un camión.

-Tranquilo,no te muevas.-indiqué arropándole con las sábanas y corrí a la despensa donde tengo el botiquín a coger un termómetro, vuelvo hacia él tocando los botones del termómetro digital para ponerlo en inicio.-Toma, póntelo.-Lo cogió serio y lo colocó en la axila, al poco empezó a temblar ligeramente y murmuró mientras se acurrucaba con la sábana:

-Tengo frío.-Eché otro leño a la chimenea aunque sentía que la temperatura de la sala era agradable, al poco el termómetro pitó indicando que había tomado la temperatura de su cuerpo, lo mira y dice con una voz carrasposa:-Joder, treinta y nueve y medio.-Tras su frase me tiende el termómetro mientras tose de forma ininterrumpida con una tos seca.

-Intenta dormir un poco más, será mejor que de momento no te levantes.-Álvaro asiente tras dejar de toser e intenta dormir cerrando lo ojos pero como si fueran espasmos de vez en cuando suelta una tos seca y le van dando escalofríos haciendo temblar todo su cuerpo.

Cogí mi móvil y me encerré en la habitación para hablar con el médico del pueblo que también es un amigo de la infancia, de los pocos que no le importó mi orientación y al saberlo me trató igual que siempre.

-Dime,Diego, espero que sea importante estoy en medio de consulta.

-¿Jugando con los juegos del móvil, Vicente?

-Me has descubierto, hoy no tengo apuntado a nadie, dime.

-Verás,me he tomado la temperatura y tengo 39,5 además me duele todo el cuerpo, la garganta y tengo mucha tos seca.-Indiqué todos los síntomas de Álvaro e intenté imitar su tos.-¿Qué me recomiendas?

-Que vengas a mi consulta.-dijo serio pero suspiró e indicó:-Según dices parece gripe, no te quedes en el salón junto a la chimenea que te conozco. Es mejor la habitación manteniendo una temperatura suave, no te pases con el calor que harás que suba la fiebre.-Hice un ruido para afirmar que le escuchaba mirando hacia la puerta pensando que debía cambiar a Álvaro a la cama.-Toma mucho líquido:sopas, infusiones, zumos, agua,...Todo temblado, ni el agua fría ni la sopa caliente y mucha vitamina C, zumo de naranja o de limón,come kiwis o espinacas,...ya sabes. La miel ayuda sobretodo para la garganta, te suavizará la tos seca. Para la fiebre, paños húmedos con agua del tiempo que te parecerá helada y los vas cambiado y si tienes en casa Pacetamol una cada seis horas. Sobretodo mucho descanso,Diego, deja los animales y lo que tengas para otro día, si te esfuerzas hoy empeorarás y con ello puedes alargar los días de fiebre.

Diego y el vagabundo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora