Capítulo 39

89 8 0
                                    

Ocho meses juntos y cada día me sentía más enamorado, aunque terminamos la piscina en Junio no hicimos la fiesta de inauguración hasta Julio, a ella invitamos no solo a la familia de Álvaro si no también a mi madre,mi hermano con la mujer y los niños y a mi amigo Vicente con las niñas y su mujer. Pensamos en hacer una barbacoa ya que tenía una de obra que estaba seguro que nunca había utilizado, por lo que compramos carne para asar y con lo que teníamos en el huerto hicimos un par de ensaladas, aún así los que venían decían de traer algo como algún postre, cerveza, vino, patatas fritas...

Antes de que llegara nadie cargaba carbón para la barbacoa y Álvaro salía de la piscina, ya recuperado completamente de su anemia y deficiencias nutricionales, además de pasar las horas que pasaba nadando no solo había conseguido un color precioso de piel si no un poco de musculatura, solté el saco al lado de la barbacoa sin retirar mi vista de él apreciando como recorría las gotas de agua su cuerpo semidesnudo y me centré en sus abdominales por unos momentos admirando los cuadrados marcados en ellos. Álvaro hacía tiempo que se había quitado la cresta, por ese entonces solo se mantenía la parte superior un poco más larga y el flequillo lo solía poner en tupé, pasando su mano por él bebía de mi limonada fresca casera,  mientras yo observaba eso exhalé excitando pensando «Me alegra mucho haber puesto aquí una piscina».  Me acerqué a él con todas mis malas intenciones, me miró de reojo mientras soltaba el vaso en la mesa y señalando mis manos declaró:

-No me toques con esas manos que las tienes manchadas de carbón.-Con dos movimientos le tumbé sobre el césped provocando que aspirase aire asustado con sus ojos muy abiertos,le empecé a besar con pasión y subiendo una pierna mientras le tocaba su prieto trasero declaré:

-Te aguantas.-Al pasar mis dedos llenos de polvo de carbón por su cuerpo húmedo hacía que se tiznara su piel, marqué de negro debajo de sus ojos y jocoso alzando sus caderas dije:-¿Marcamos un touchdown? Pareces un jugador de fútbol americano.

-Ya me manchaste, quita.-pidió empujándome lejos de él poniendo sus manos sobre mi tórax , tiré de su bañador hacia abajo-¡Qué haces!¡Para!-exclamó llevándose las manos a su bañador.-Estamos al aire libre y además esperamos visita.-Siguiendo con mi movimiento susurré en su oído:

-¿Eso no te da morbo?-Paró de tirar para arriba de su bañador por lo que pregunté sensual:-¿Cómo te apetece?¿Suave o fuerte?-poniendo su bañador al lado de su rostro y bajando ligeramente el mío declaré pícaro:-Es lo único que te voy a dar a elegir.

-¿Si te digo suave me harás caso?-preguntó al lado de mi oído mientras me abrazaba, cuando me disponía a penetrarlo contesté con una sonrisa cerca de sus labios:

-Solo al principio.-Cuándo llevábamos un rato se empezó a revolver por lo que alzando más unas de sus piernas ya en alto comenté risueño:-No voy a parar por mucho que te remuevas.

-Solo quiero darme la vuelta.- contestó jadeante por lo que solté sus piernas y dejando que girase pregunté alegre:

-¿A gatas?- Situándome en su espalda susurré en su oído:-¿Es que quieres que acabe pronto, cariño?-Pregunté eso por que al ser mi postura favorita y serme tan placentero eso solía ocurrir.

-En el baño teníamos la puerta que nos aislaba, en el coche en movimiento nadie podía vernos pero aquí estamos al descubierto y no estoy muy cómodo.-Llevando una mano a mi nuca dijo susurrando mientras movía su pelvis:-Acaba pronto, cielo.

Ya que me confesó que no estaba cómodo llevé una mano a su pene para masturbarle mientras le penetraba para ver si se relajaba,sintió tal satisfacción que al poco eyaculó regando con su simiente el césped, tras eso situé ambas manos en sus caderas concentrándome para llegara a mi clímax habiendo conseguido el suyo, pues si no, no me sentiría conforme. Al llegar a mi clímax apreté su cuerpo contra él mío mientras expelía en su interior y lanzaba alaridos graves de satisfacción, pero no pude saborear mucho de mi orgasmo por que de repente escuché la voz de mi hermano que gritaba alegre:

Diego y el vagabundo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora