Capítulo 43

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Enero, otro año comenzaba y Álvaro acababa de los exámenes, sus esfuerzos daban sus frutos otorgándole en muchas asignaturas la matrícula de honor , lo cierto es que comenzaba a sentir envidia de él pues yo nunca fui tan bueno en mis estudios, pero todo se me iba cuando mirándome declaraba que había tenido a un buen maestro y es que desde que Álvaro comenzó la universidad le había hecho acompañarme en más ocasiones y le dejaba hacer algunas cosas, es cierto que muchos de sus compañeros o ninguno disponían de eso, de prácticas desde el momento de empezar o incluso antes de entrar en la universidad pero aunque Álvaro iba con esa ventaja realmente sus notas eran increíbles.

Ese día a finales de enero me encontraba en el bar con Vicente tomando unas cervezas antes de la comida hablando de trivialidades, yo sobretodo de Álvaro, de su impecable expediente y notas. En ese ambiente ameno se nos acercó un hombre que destacaba bastante, no era del pueblo, ni conocido y eso ya le hacía sobresalir y además iba trajeado; llevaba un traje negro con camisa blanca y corbata negra, calzaba unos zapatos negros impolutos y llevaba gafas de sol a pesar de que estaba nublado y se encontraba dentro del bar. Se había pedido un vozca y no nos había quitado ojo en ningún momento por lo que vimos perfectamente cuando decidió venir hacia nuestra dirección, al situarse frente a nosotros preguntó mirándome:

-¿Diego Fernández?-Afirmé extrañado, metiéndose la mano al interior de su chaqueta dijo:-El señor Roberto Duque tiene esto para usted.-Lo cierto que lo de "tiene esto para usted" lo escuché lejos por que al ver su movimiento eché a correr recordando la amenaza de Roberto si trataba mal a su hijo.

"¿Pero qué he hecho mal?" Me preguntaba asustado corriendo hacia mi coche, con la manos temblorosas saqué las llaves de mi coche observando como el hombre extraño salía del bar, mirando hacia mí gritó:

-¡Espera!¡Para!-Echó a corre rhacia mi coche así que más nervioso y asustado que antes no era capaz de meter la llave en la cerradura de arranque cuando lo conseguí y vio que me iba gritó mirándome serio:-¡Se donde vives!

Conduje con mi respiración acelerada y a gran velocidad, al poco un coche iba de tras de mi con la misma celeridad, como conductor el tipo desconocido enviado por el padre de Álvaro. No se si lo hacía por curiosidad pero tras él le seguía el coche de Vicente, miraba su coche pensando "Vete a casa, amigo, este problema es mío" Apreté el volante casi ahogándome por mis inhalaciones seguidas que me dejaban sin aliento, eso era demasiado para mi y mirando cada dos por tres por el retrovisor pensaba inquieto y asustado "¿Pero que le has dicho a tu padre, Álvaro?"

Llegué a mi terreno y en vez de dejar el coche donde siempre lo llevé hasta la puerta de la casa parando en un frenazo y dejando la puerta abierta de este entré en casa corriendo. Álvaro se encontraba cocinando ataviado con ropa de calle y un mandil, con los meses lo cierto era que había mejorado bastante en ese arte, llevó una cuchara de madera a sus labios, mientras absorbía el caldo observó como echaba la pestillo a la puerta de entrada y que empezaba a bajar las persianas.

-¿Qué pasa, cielo?Pareces asustado y actúas extraño.

-¡Aléjate de la ventana!-Le grité con un gesto pues delante de los fogones había una, tiré de él y bajando la persiana le pregunté:-¿Qué le has dicho a tu padre?-Me miró confuso.-¿Le has dicho que andamos mal o que te he tratado mal?-Abrí mis ojos exclamando:-¡¿No le habrás dicho que te até y que te di fuertes cachetadas?!¡Me dijiste que te gustó!

-¡Cálmate!-gritó alzando las manos.-¿Cómo quieres que le diga eso a mi padre? Además ¡Claro que me gustó, imbécil!.-Cogió mis manos y al verlas temblorosas preguntó con tono más amable mientras las acariciaba:-¿Qué pasa, cariño?Trata de calmarte y explicarme, por favor, por que no entiendo nada.-Empezaron a golpear con fuerza la puerta, tapé la boca de Álvaro mientras llevaba mi índice a mis labios, le llevé hasta la habitación mientras el grandullón seguía golpeando la puerta, en la habitación bloqueé la ventana y bajé la persiana mientras explicaba:

Diego y el vagabundo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora