Capítulo 34

103 8 0
                                    

Tras pasar la noche Roberto en la habitación,  Álvaro y yo cada uno en un sofá, aunque este vino un rato para llenarme de besos y luego le obligué a volver a su sofá por temor a que me pidiese nada más con su padre a una puerta de distancia y sin estar seguro si podría negarme, pasamos la mañana mostrando el pueblo con detenimiento a Roberto y algo de los alrededores, antes de que marchara de vuelta a Madrid le propuse tomar un café en el bar para poder invitarle por primera vez. Al llegar había bastante gente pues esa hora del almuerzo es común tomarse el vinito o la cervecita con alguna tapa y siendo fiesta había más gente por el pueblo, nos acercamos a la barra a escasos metros de mi padre para pedir, al final los tres nos decidimos por café con leche, señalando una mesa con el café indiqué que nos sentáramos a Roberto pero me hizo una señal para que le esperásemos y se fue donde mi padre, le mire completamente asustado temiendo lo que fuera hacer.

-Felices fiestas.-Le indicó amable al ponerse a su lado.-¿Quiere acompañarnos con su vino?-Mi padre le miró con desprecio alejándose de él mientras alzaba la cabeza y respondió:

-¿Por qué me sentaría yo en esa mesa?

-Oiga, yo le comprendo.-Respondió Roberto poniéndose serio.-¿Ve a ese que parece un erizo lila? Es mi hijo ¿Cree que me hizo gracia saber que anda con el suyo?-Mi padre apretó los labios pero no expresó ni una sílaba,Roberto se acercó a mi padre por lo que afiné mi oído para escuchar lo que comunicaba en bajo:- ¿Saber que está con otro hombre encima con uno que le supera más de diez años? Hubiera golpeado a su hijo hasta dejarlo sin vida.

-Pues haberlo hecho.-replicó mi padre serio.

-¿Sabe por no lo hice?-Mi padre se encogió de hombros.-Por que mi hijo llevaba desaparecido más de seis meses y si nada más saber esto hubiera hecho lo que realmente quería seguro que desaparece otra vez y en esa ocasión para siempre.-Cogiendo su café declaró:-Usted está tranquilo por que aunque está en esa casa y no se hablan sigue en el pueblo, le ve y si no le ve seguro que sabe de él por cualquier vecino ¿Pero qué pasaría si su hijo se marchase?¿Si pasase semanas, meses o incluso años sin saber de él?¿Sin saber si está bien, mal o incluso muerto? ¿Estaría igual de tranquilo sin hablarse con su hijo? Por que yo temí que si no lo arregláramos no verlo nunca más y ahí tuve que ceder.-Como hizo amago de arrancar Álvaro y yo tiramos hacia a la mesa pero por el rabillo de ojo aprecié como mi padre sujetaba el brazo de Roberto por lo que me paré para centrar mi oído a ellos.

-¿Tu aceptas eso?-preguntó mi padre.

-¿Crees que puedo aceptar que mi hijo de 18 comparta cama con uno de 30?Ya no solo es que sean del mismo sexo, que también pero esa diferencia de edad siendo mi hijo el pequeño me mata.-Se giró hacia mi padre declarando:-Creo que nunca lo aceptaré pero lo tolero y lo tolero para no perder a mi hijo para siempre.

-¿Sabes si mi hijo piensa irse del pueblo? Como lo has comentado,-preguntó serio alzando la cabeza

-No lo sé, pero yo quiero tener a mi hijo cerca y recursos tengo.-manifestó Roberto severo.-Si le tengo que poner una clínica a tu hijo para que él mío en vez de estar a tres horas quede a 20 minutos.-Golpeó la barra con sus nudillo declarando:-Se la pongo,aquí lo que haga falta.-Nos miró por lo que avancé pero llegué a escuchar:-Todo dependerá de ellos.

Me senté en la mesa sin quitarlos ojo, ahí ya no me llegaba lo que decían por lo que sentí lástima de no saber leer los labios, por suerte Roberto no tardó en venir con nosotros, al sentarse Álvaro preguntó:

-¿Por qué le ha dicho eso al padre de Diego?-Señaló el moratón de mi cara diciendo:-Esto por sus ideas.

-Esto es distinto,hijo, he lanzado unos pensamientos hacia él ahora a ver si calan.

Diego y el vagabundo (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora