Capítulo 32

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Desperté al momento en que sentí caricias en mi cabello y escuché la suave voz de mi papá diciéndome que ya debo levantarme, porque de lo contrario, llegaré tarde a la escuela.

He llorado tanto que debo verme espantosa con los ojos hinchados, pero no quiero ir a la escuela por eso, sino porque no tengo energías, y me siendo demasiado triste y sensible, como si fuera a quebrarme en cualquier momento.

— ¿Puedo faltar hoy a la escuela?

— Bandit... — Suspiró. — Debes ir.

— No es tan necesario que vaya hoy; no tengo ninguna prueba ni nada importante. Y... Estoy muy triste... Ya me acostumbré a despertar con Bela.

— Lo sé, mi amor. — Siguió acariciando mi cabello mientras yo permanezco con la mitad de mi cara hundida en la almohada. — Entiendo cómo te sientes...

— Bela es la primera mascota con la que he tenido una gran conexión... Es que desde un principio ella siempre quiso estar cerca de mí y trataba de darme cariño aunque yo la rechazara... Y no sabes cuánto me arrepiento.

— Pero el lado bueno es que aprendiste a quererla. Le diste mucho amor durante estos meses... La cuidaste, la sacabas a pasear, hablabas con ella... Además de que abriste tu mente, porque antes no te atrevías a acercarte a un perro.

— Por eso es muy duro afrontar esto... No quiero tener que acostumbrarme a que no esté y... La vi morir... Eso es lo peor... — Las lágrimas comenzaron a salir solas de nuevo. — No me siento en condiciones como de dejar mi cama, porque estoy tan triste...

— Entonces quédate si te hará sentir mejor ¿Okay? — Sostuvo su vientre y, como pudo, se inclinó para besar mi cabeza. — Si quieres puedo hacerte compañía... Sólo estamos los dos, porque Frankie ya se fue a trabajar y llevó a las niñas al kínder.

— ¿Podemos ver películas de Disney?

— Sólo si vemos La Sirenita y me dejas ser Ariel.

— ¿En serio deseas con tanta fuerza ser Ariel?

— ¡Sí! Tú siempre eres Ariel. — Me hizo reír sólo porque comenzó a hacerme cosquillas en el estómago.

— ¡Okay! — Dije entre risas desesperadas, tratando de apartar sus manos. — ¡Trato hecho! — Es entonces que él detiene sus cosquillas. — Está bien... Serás Ariel; es tu momento de brillar.

Mantuve mi sonrisa por un breve instante, agradeciendo que mi papi tenga la increíble capacidad de hacerme sentir mejor aunque sea por un rato.

Él dijo que saldría a buscar mi desayuno para traérmelo, eso me dio el tiempo suficiente para ir al baño y cepillar mis dientes. Luego tomé mi laptop del escritorio para ver allí las películas y volví a mi lugar en mi cama.

Mi papá regresó después de lo que pareció una eternidad, con mi desayuno en la bandeja para comer en la cama, donde había adicional un tazón con fruta para él. Se acostó junto a mí mientras yo ponía la película de La Sirenita, siendo hoy el día oficial en el que renuncio al papel de Ariel.

En medio de la cadena de cosas malas que me han estado pasando estos meses, se siente bien poder tener el día de hoy un poquito de lo que tenía cuando mi vida era fácil; cuando no tenía que preocuparme por nada realmente. El sólo estar ahora, nada más ocupándome de ver películas infantiles en los brazos de mi papá, funciona como un escudo ante los malos pensamientos, mientras que su gracioso performance de Part Of Your World es un escudo para la tristeza. La paz no parece algo lejano esta mañana.

Después de que La Sirenita terminó, vimos la secuela, y cuando ésta también terminó, estábamos decidiendo qué ver; no quería ver La Dama y el Vagabundo u Oliver y su Pandilla, porque ver perritos en la pantalla me haría pensar en Bela y me pondría muy triste. Al final, terminamos eligiendo Tarzán, que es otra de mis favoritas.

Daddy's New Boyfriend; FrerardDonde viven las historias. Descúbrelo ahora