Enamorada Del Patán [TERMINADA]

15. Me equivoqué.

Sabia que allá afuera estaba haciendo un frío del demonio pero me gustaba mi atuendo y no estaba dispuesta a cambiarlo, tenía un shorts acompañado de jersey rosado que me mantenía calentita y mis Vans negras, mi cabello estaba suelto y mi rostro que carecía de maquillaje, aún así decidí colocar un poco de corrector y máscara de pestañas. Lista dije mirándome en el espejo.

Baje a la entrada del edificio y bárbara me esperaba en el auto de Dylan, Sonreí porque ese par terminarían juntos si seguían así. Subí a la parte trasera y agradecí que la calefacción estuviera encendida.

- Eres arriesgada - murmuró bárbara - un shorts - sonríe y saludé a Dylan. Barbara llevaba un pantalón alto negro, un jersey blanco al igual que sus zapatos, estaba maquillada sencilla, en definitiva era algo sencillo el propio Dylan Lucía sencillo, lo mire y solté una carcajada.

- ¿Están vestidos iguales? - Dylan negó divertido - claro que sí, mira jersey blanco, pantalón negro y zapatos blanco ¿De quién fue la idea?

- Creerías que es mentira si te dijera que fue una coincidencia, yo estuve apunto de devolverme por algo más - rei porque sabía que era verdad.

- Tu y yo estamos destinados Palvin - mi amiga sonrió negando.

- Estás loco.

Quince minutos después bajamos del auto y caminamos rumbo a nuestros amigos quienes ya bebían, había música por todo la parte de club que correspondía a la playa, estaban los autos de todos regados por el lugar, unos ya bailaban y otros solo bebían, había mucho gente, demasiada, pero el espacio era enorme así que no parecíamos sardinas enlatadas y había las suficientes fogatas para mantener el sitio en un frío agradable. No pude evitar buscar con la mirada al causante de mi corazón roto, mire a través de una fogata a su grupo que estaban justo al frente, si no fuera por las llamas tendría libre acceso a verlos, divisé a todos y no pude evitar torcer mis labios decepcionada al no verlo ahí. Minutos después apareció Amanda con un shorts y la parte de arriba de su traje de baño, Lucía muy bien maquillada y sin duda tenía un buen cuerpo.

- ¿A caso no tiene frío? - Murmuré enojada.

- ¿Estás celosa? - pregunto Bruno divertido.

- Claro que no - fingí desinterés - no tendría porque estarlo.

- Si claro, te ví buscándolo con la mirada - mordí mi labio y le voltee los ojos. - tranquila no diré nada, se siente feo enamorarse solo, lo sé - lo mire frunciendo el ceño no entendía porque lo decía - Duele un montón Lili - se acercó más de lo que debería, mi corazón empezó a latir a toda velocidad, recordé que últimamente me veía muy raro y no era tonta, sabía a qué se refería - pienso que debes olvidarlo, no vale la pena, deberías mirar a.. más a tu alrededor, quizás haya alguien que si valga la pena, que si sienta lo mismo que tú - era un poco más alto que yo y podía sentir su nariz rozando mi frente, no quería mirarlo, sentía como buscaba mi rostro - siento tu corazón acelerado Lili - mordí mi labio nuevamente ¿Que se supone que debía hacer?

- ¿Chicos quieren cerveza? - di un traspié algo nerviosa agradeciendo que Teon haya llegado - No me digas que ya estás borracha - reí avergonzada, recordé que el había estado la primera y última vez que me embriague, sí última porque no pensaba beber más.

- No, no quiero, gracias - Sonreí y camine *corrí* lo más lejos de ese lugar, fue realmente incómodo.

- Eres un imbécil Teon - eso fue lo último que escuché.

- ¿Que te pasa? Estás pálida, ¿Cole te hizo algo? - pregunto Evans al tropezar con él, negué, ni siquiera lo había visto por desgracia. Mire a su novia quien lo acompañaba, no la había visto al llegar e imagine que la había ido a buscar, lucia hermosa con un vestido playero, apenas y se había maquillado, se veían tan bien, tan felices, solo esperaba que Marcus no les arruinara la noche.

- Estoy bien, solo... Es el frío - Zoe me sonrió y me abrazo por un costado mientras caminamos devuelta al lugar donde estaban mis amigos, no quería ver a Bruno, no otra vez.

- ¿Hay algo entre tú Cole? - negué - No entiendo porque lo odian casi todos, él me cae bien es tan divertido - ella sonríe y yo trato de imitar el gesto, olvidaba que Zoe no asistía a nuestra escuela y conocía a Cole por su hermano y por supuesto que entre ellos deben ser tan.. simplemente ellos, naturales, sin tener que fingir, aparentar.

Zoe se separó para saludar a todos y darle un efusivo abrazo a bárbara la cual sonrió y la recibió con sinceridad, me agradaba que estuviera intentando llevar todo bien, admiraba su fuerza de voluntad sin duda. Evans arrugo el ceño en cuanto vio a bárbara y a Dylan vestido de igual forma, a mi amigo aún no le agradaba del todo Dylan pero aún así lo saludo y se sentó a su lado, hablaban de algo relacionado con un jugador de fútbol. Bruno se acercó unos momentos después y no pude evitar tensarme un poco.

- Lo siento, no debí acercarme así - asiento humedecido mis labios - lo que menos deseo es incomodarte Lili, pero.. me encantas, no lo pudo evitar, no lo quiero ocultar - pase saliva, no me gustaba que el sintiera cosas por mi, no quería que nadie salvó él sintiera cosas por mi, no quería hacerle daño, pero yo no podía querer a nadie más, no ahora por lo menos. - ¿Dame una oportunidad Lili? - me mantenía en silencio ¿Que debía hacer? - solo una, te prometo que valdrá la pena.

- Yo.. yo.. - sentí una mirada martillado mi espalda y sin importar nada voltee dándole la espalda a ese chico que acababa de confesarme sus sentimientos.

Lo ví, lo ví ahí junto a sus amigos, luciendo incluso mejor que antes ¿Como podía lograr eso? No lo entendía y no me interesaba hacerlo, lucia jodidamente guapo, sexy con esos pantalones ajustados color azul claro y una camiseta blanca, al igual que sus zapatos, veía el jersey de un color gris colgando de una de sus manos. Sonreí, Sonreí como una boba, no podía evitarlo, amaba a Cole Sprouse, estaba perdidamente enamorada de él y después de una semana sin verlo sentía que enloquecía, lo había entrañado tanto. Él me miraba intensamente provocando que algo se arremolinara en mi estómago y algo cálido se extendía en todas mis extremidades, no podía quitar esa sonrisa de mis labios, era tan perfecto mirarlo y sentir ese aleteo ya tan común en mi estómago, mis manos sudaban pero no importaba, no importaba nada salvó él.

Sentía que nada podía romper ese momento, pero una vez más me equivoqué, sentí que alguien me tomo del brazo haciéndome girar y estamparon sus labios sobre los mios.

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