Enamorada Del Patán [TERMINADA]

36. Chicago.

Las despedidas jamás me habían gustado, eso de que debas alejarte o ver a las personas irse no me agradaba, siempre había sido tan sencible y sí una llorona, prefería no hacer cambios en mi vida, pero los cambios tarde o temprano tenían que llegar. Me sentí bastante contenta al ver a Barbara tan feliz con Dylan, aún no empezaban nada pero eso solo era cuestión de tiempo, se veía lo mucho que se querían y eso era lo importante. Solo esperaba que la Universidad no los cambiara y terminará por alejarlos. Por otro lado mi mamá me hizo llorar hasta más no poder, se encargo de empacar mis maletas con todo lo que iba a necesitar, James me dió un fuerte abrazo y me dijo que conocía al jefe de la policía de Chicago, eso me causo risa pero sabía que tantos años allá quizás podía llegar a necesitarlo, esperaba que no. Lo que más me dejó intranquila fue saber que habían arrestado a Cole la noche anterior, solo esperaba que no siguiera cometiendo locuras y empezará a cuidarse de una vez por todas.

...

Seis meses habían pasado desde mi llegada a la universidad de Chicago y amaba la carrera, la literatura era algo que me apasionaba y hacia que mi mente se despejará del mundo, de mi alrededor, mi mente viajaba con la letras, cada historia, cada relato era lo que realmente amaba, vivía sumergida en esa nueva burbuja que absorbía todo de mi, agradecía que los estudios me mantuvieran tan ocupada y absorta de los demás. Aunque la misma literatura me recordaba tanto a él.

Aún lo pensaba, casi que a diario, habían noches donde creía sentir su olor, donde podía escuchar su voz, su risa, sus manos sobre mi piel, donde creía que despertaría y estaría a su lado, cada herida causada aún dolía, parecían estar abiertas, escociendo, palpitando con cada paso que daba. Odiaba tanto amarlo así, haberme entregado por completo y no dejar nada para mí, dejarlo destruirme, jamás lo perdonaría, jamás lo dejaría de amar. Me había vuelto retraída, ajena a lo que me rodeaba, no le daba cabida a las personas, no permitía que nadie se me acercará. Hablaba con Barbara casi que a diario y sabía que ella convivía con él, aún así la hice prometerme que jamás lo nombraria, que jamás me hablaria de él. Varias noches termine metida en su perfil de facebook e Instagram, incluso leyendo sus publicaciones en su cuenta de twitter, se veía felíz, las ojeras habían desaparecido y sus ojos ya brillaban, se veía igual de hermoso y perfecto que siempre, para mí siempre lo fue. Habían días dónde lloraba, noches donde dejaba salir las lágrimas hasta más no poder, yo me hundía y él salí a flote. Así de cruel era la vida.

- ¿Lili? - gire mi cabeza para ver de quién se trataba y era un chico de piel Blanca, bastante.. ¿Atractivo? Corpulento, alto, sus ojos negros acompañado de unas largas y pobladas pestañas, su cabello era rojizo, parecía problemático, de esos chicos rudos y malos. Una típica versión pelirojo de Cole, lo menos que deseaba en mi vida.

- ¿Si?

- Soy Kj Apa - me extendió su mano con una bonita sonrisa en sus labios, yo la mire con desconfianza - Vamos no como - y eso basto para que lo recordara.

Los recuerdos de aquel día que subí a su camioneta por primera vez.

- ¿Estás bien? te noto algo incómoda, No como Lili.. - me había sonreído y yo estaba embelesada como todas las chicas que lo rodeaban.

Mire al chico y este apartó su mano y formó una línea con sus labios apretados.

- ¿Tú cómo sabes quién soy? - el ríe y es demasiado atractivo.

- Eres el mejor promedio de nuestro grupo y todas las demás secciónes como no saber quién eres, todos lo saben - genial yo intentando pasar desapercibidas y resulta que logré todo lo contrario - En fin soy Kj Apa y quiero invitarte a salir - directo.

- Yo.. no puedo.

- ¿Tienes novio? - me mira expectante a mi respuesta.

- No, pero tengo que estudiar.

- Vamos el viernes, tendrás todo el fin de semana, te prometo que te vas a divertir no iremos solos.

- No, no me quiero divertir quiero estar lejos de la gente, me gusta estar sola - zanjó molesta, sin saber el porque.

- Guao ¿Quien te hizo tanto daño? - lo fulminó con la mirada y este ríe - No lo Entiendes, ya te ví, ya te encontre y por más que te escondas ya es tarde.

..

Y quisiera decirle que me alejé, pero no fue así, fuimos amigos durante más de dos años y al final del sexto semestres acepte ser su novia, habían pasado tres años ya desde que lo mío con Cole había terminado, sentía que merecía darme una oportunidad, Kj era un chico agradable y se había ganado mi cariño, había luchado por el y no era para nada problemático, gracias a él había conocido a Camila quién era casi que mi mejor amiga y a Charles su mejor amigo, eramos nosotros cuatro y era perfecto.

Al inicio de la relación fue difícil, vivía comparándolo con Cole y esperaba siempre que me fallara, nunca paso, Kj no era un patán.

Lo ví ponerse su pantalón y senti mucha vergüenza, a pesar de que llevábamos seis meses saliendo ya como novios oficiales, el tiempo donde las cosas se pusieron mal con Cole.

- Me iré, estoy cansado - asiento poniéndome la camisa - No se si esto pueda seguir funcionando.

- Yo.. solo dame tiempo por favor - suplique porque en verdad lo quería.

- No se trata del sexo Lili, no, se trata de que por más que me muero por estar contigo tú nunca puedes, quiero estar contigo y sabes a qué me refiero, no te entregas, no das más, estos meses el que lo ha dado todo soy yo y tú solo me das las sobras, ese chico.. parece que se llevó todo de ti - las lágrimas ya salían, lo había intentado, lo había intentado de mil maneras pero no podía, no podía entregarme a él, odiaba que mi cuerpo le perteneciera a alguien que me había lastimado.

- Prometo intentarlo - me acerque al chico y lo abracé - Vamos, ven vamos a intentarlo - le suplico y me apartó con delicadeza.

- No Lili, quiero que pase cuando me ames de verdad. - eso nunca va a ocurrir - No llores si, me siento un idiota cuando esto pasa, por eso he decidido que lo mejor es que seamos amigos, nada cambiará, solo bueno no abran besos - él ríe haciendo que yo lo haga con él - y nada de intentar tener sexo - golpeó su hombro, él tiene la facilidad de hacerme reír en un momento incómodo - Yo te amo sabes, desde que te ví entrar a ese salón, dije esta rubia no escapara de mis encantos y ahora mírame aquí, me hechizaste y te quiero ver feliz, quiero que recuperes eso que perdiste, se que antes no eras así y que aunque he logrado quitar todas esas capaz, aún no llego a tu verdadero ser - lo abrazo y está vez él me aferra a su pecho desnudo. - solo espero que esto valga la pena.

Ese día me prometí que no le daría cabida a nadie más, a nadie que no estuviera totalmente segura de querer de amar, no quería que nadie más sufriera, nadie más lo haría, no por mi, no quería romper ningún corazón porque sabía perfectamente lo que se sentía.

...

Faltaba solo un año para terminar mis estudios y me hallaba completamente feliz, tenía un trabajo de medio tiempo en una pequeña editorial, haciendo correcciones e incluso algunas traducciones, manejaba muy bien el español y eso me había ayudado a conseguir el empleo. De los chicos de instituto no sabía nada, sabía que tarde o temprano eso sucedería, no me sentía mal al contrario me agradaba no saber de ellos, me mantenía alejada de los recuerdos. A Barbara si que no la podía apartarla de mi vida, a ella le estaba yendo bastante bien, también le faltaba un año para terminar su carrera y había intentado tener un relación con Dylan pero eso acabo después de un año donde las peleas y los celos eran más fuerte que ese amor que parecían tenerse, me sentí mal porque tenía la ilusión que lo de ellos si funcionará. De los Sprouse con la única que mantenía contacto era con Ana, tres mensajes una vez por años, todos en nuestros cumpleaños o en navidad. La pequeña había crecido ya era toda una hermosa adolescente, no me quiero imaginar al par de gemelos celosos cuidando a su hermanita, tenía entendido que la chica vivía con Cara su tía porque Henry viajaba mucho y los chicos estaban en la universidad, ella tenía planes de vivir con sus hermanos cuando estos terminarán la carrera.

Y yo no tenía pensado volver a New York, no tenía nada allá, salvó a mi madre y mis dos hermanos, Tommy y Juliá una pequeña de tres años y a James por supuesto. Pero ellos ya eran una familia y yo no haría nada allá, mi vida estaba aquí en Chicago.

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