Casual, solo iríamos a cenar o eso decía su último mensaje, opté por una pantalón alto negro, una blusa de mangas largas, la blusa era holgada sencilla y elegante, me gustaba, me puse unos tacones no tan altos negro, unos lindos y sencillos aretes acompañados de una fina cadena con una pequeña flor de piedritas, un regalo de mi abuelo de hace muchos años atrás. Maquillaje sencillo, correcto, un poco de rubor y máscara de pestañas y por último el cabello suelto con esas ondas que se me hacían solas.Mire la hora 7:28 p.m. estaba muy nerviosa, solo esperaba que todo saliera bien y que nuestro pasado quedará arreglado, no quería hacerme ilusiones aunque sabía que ya era tarde, que ya me estaba imaginando que algo podía volver a surgir. El timbre sono y suspiré, tome mi pequeña bolsa y salí.
Al abrir él estaba hay vestido con unos pantalones negros ajustados, una camisa blanca con una chaqueta negra al igual que sus zapatos, sonreí porque sin querer íbamos igual vestidos, fue inevitable no pensar en Dylan y Barbara aquel día en la playa, tal vez era una buena señal. El chico imitó mi gesto y me tendió su mano, la tome sin pensarlo no quería abrirle paso a las dudas, esa corriente que había extraño por años recorrió mi cuerpo y supe que nadie más lograría ese efecto en mi, ni Kj que había sido todo un caballero, solo Cole, solo él.
— Estás preciosa — mordí mi labio.
— Gracias, tu también estás muy guapo. — admito.
— Te gusta mi cabello así — río porque él me gustaba tanto con el cabello negro, como con el cabello así rubio.
— se ve bien, luces.. diferente.
— Quiero llevarte a un hermoso lugar.
— Vamos entonces.
Caminamos a lo largo de un hermoso y caro restaurante, lucia sencillo, la gente no estaba vestida de gala o algo así pero si se podía oler lo costoso que era, Cole tenía una reserva especial. Sonrei porque él tenía nuestras manos unidas, se sentía tan bien por no decir que todos mis órganos bailaban cumbia o eso creía, como en los viejos tiempos. No había otra referencia para lo que sentía en esos momentos, un remolino de emociones nuevas y otras que conocía perfectamente bien estaban despertando. El encargado del lugar nos guio a un balcón que daba a la playa, a esa donde nos besamos por primera vez, a esa donde me llevo a cenar cuando cumplimos cinco meses, el mismo día que me entregué a él por completo, sentí que había parado de respirar, todo lucia tan hermoso, velas acompañadas de rosas blanca y rojas por todo el lugar, incluso luces como las que uso aquel día y solo él y yo. Su mirada era intensa y decía más que un millón de palabras en ella. Quería llorar por lo mucho que había deseado un momento así con él, porque lo amaba más que a nada en este mundo.
— Tú y yo Lili, solo tú y yo — pase saliva sintiendo mi garganta seca. Él movió una de las sillas para mi, me senté y él como todo un caballero me acomodo en el asiento y luego se sentó justo al frente.
— Cole.. yo — mi voz temblaba como cada parte de mi cuerpo.
— Vamos a cenar, vamos a conocernos como si fuera la primera vez.. después de esta noche tú decides si deseas darme otra oportunidad, ¿Te parece? — humedeci mis labios para luego morder el inferior.
— Está bien. — él sonrió y sabía que este momento era el decisivo, que él sentía mucho peso al querer que todo saliera bien y que en mi estaba la decisión.
La velada fue mágica, más allá de lo mágico, entre miradas que decían lo mucho que nos amabamos y necesitábamos, lo mucho que nos habíamos extrañados, entre los roce de nuestras manos que gritaban por un contacto aún mayor, la comida fue elegida por el, una delicia de vegetales acompañados de una carne al termino medio, con una clase de vino que hasta ahora no se, su sabor te llevaba al paraíso, era realmente delicioso, lo miraba y no lo podía creer lo mucho que habíamos cambiado, de salir a comer hamburguesas a terminar en un lugar así, el postre fue un flan de crema de leche con cáscara de limón, esto rebasaba lo delicioso. Él reía con cada una de las muecas de mi cara y yo no podía evitarlas, todo era perfecto.
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Enamorada Del Patán [TERMINADA]
RomansaUna vida tranquila, sí tranquila es la palabra perfecta para definir mi vida, mi mejor amiga Bárbara siempre ha dicho que Lili Reinhart es sinónimo de timidez, orden, sutileza y bueno debo de admitir que soy algo retraída. Por otro lado Evans piensa...