Miró mi reloj por décima vez, no entiendo porque tarda tanto, miró la entrada del local y ni rastro de él. Aquí estoy sentada en el McDonald's del centro junto a todos los chicos y cuando digo todos me refiero a Marcus, Evans, Zoe, Bruno, Amanda, Teon, Susan, Evelin, Cooper, Bárbara, Dylan, Chase y Milán con ellos paso la mayor parte del tiempo, tengo que acotar que Barbara y Dylan no se hablan aún.
— Cálmate, terminarás por lanzar rayos láser con esa mirada que tienes — volteo los ojos ante el comentario de Barbara.
— Ya viene, ya sabes cómo es — agrega Marcus.
— Si pero aún así me preocupa — unas manos tapan mis ojos y sonrió aunque este molesta por haber tardado tanto.
— Felices cinco meses — susurra y quita sus manos para dejar ver una cajita. — abrela — intento no sonreír pero las cosquillas en mi estómago no ayudan.
Abrí la cajita y una hermosa cadena con una L y una C entrelazadas se ve, es tan hermosa, dorada, delgada y sencilla, sonrió, me encantaba el tipo de letra.
— ¿Te gusta? — asiento y él se sienta a mi lado, lo abrazo y escondo mi cara en su cuello, mi corazón quiere salirse y me agrada está sensación que solo él logra en mi — deja que te la ponga — me aparto y él me hace el cabello a un lado para ponermela, pierdo mis manos en las dos pequeñas letras y lo veo sentarse nuevamente a mi lado.
— Te amo — susurro en su oído y le doy un pequeño beso, él parece sorprendido es la primera vez que lo digo y no es porque no lo sintiera antes, siempre lo he sentido, pero el miedo a ser rechazada me lo impedía, ya no. Quiero demostrarle cuanto lo amo.
— Después de aquí quiero que vayamos a un lugar, solo tú y yo — asiento y me acurrucó en su pecho.
— ¿Como sigue Ana? — pregunta Marcus a los gemelos, su hermana a estado un poco enferma.
— Ya le bajó la fiebre y el doctor dice que en unos días ya estará molestando como siempre — explica Dylan a el rubio.
— Que bien.
....
— ¿A dónde me llevas? — pregunto caminando con esa venda en mis ojos, siento la brisa y la arena al caminar, el olor al mar llega a mi fosas nasales y se que estamos en la playa.
— Calma hermosa, no seas curiosa, espera.
— Cole — advierto un poco frustrada.
— Ya llegamos — quita la venda y veo la pequeña mesa para dos, hay mechones encendidos y lucecitas por todo el lugar, el cuadro parece sacado de una película. Todo es tan hermoso e alucinante que creo que es un sueño, esto tiene que ser uno y uno muy especial, uno muy hermoso.
— Es.. demasiado hermoso Cole — me lanzo a sus brazos y una risa ronca brota de sus labios, miró todo su rostro embelesada, perdida en sus lagunas, en los seis lunares de su rostro, tiene unos cuatro más en su cuello y esa lindas pecas salpicadas por su rostro. — Eres hermoso Cole — rozo nuestras narices.
— Tu eres hermosa — susurra y roza nuestros labios, poco a poco empieza a probarme, su sabor ya está grabado en mi, me dejo llevar por sus labios sintiendo esas cosquillas y ese remolino más fuerte que nunca, sabiendo que algo a cambiado y que lo que ambos sentimos va más allá y cada día es más profundo. — Yo también te amo — dice entre mis labios y antes de que pueda decir algo sus labios siguen atrapando los míos, siento su respiración igual de agitada que la mía. — que tal si cenamos o quieres convertirte tu en la cena — río en sus labios por lo romántico que suele llegar a ser «notese el sarcasmo»
— Está bien Vamos.
Decir que todo fue maravilloso se queda corto, le di mi pequeño regalo que consistía en una pulsera muy varonil y sencilla, creo que esa era una buena palabras para describirnos a ambos, eramos sencillos y estos últimos cinco meses lo habíamos confirmando, pasábamos mucho tiempo juntos, salíamos a caminar o simplemente nos quedabamos en casa viendo alguna serie, nuestros amigos tenían que arrastrarnos al club que gracias al cielo ya no había ocurrido nada más que una salida normal de adolescentes.
Me encantaba el hecho de que Cole fuera tan detallista, siempre dejaba notas en mis libros o algún dulce, amaba leer y poder compartir con él las historias, ver su punto de vista y muchas veces comprar el mismo libro y leerlos ambos al mismo tiempo para platicar acerca de el más tarde. Cenar con nuestros padres, estar con él al enterarnos que el cáncer de su mamá empeoraba y por más doloroso que fuera estaría ahí en todo momento apoyándolo, visitar a Clark y reír por sus chistes. Cole era perfecto, para mi lo era, el estar con él hacía que todo lo fuera, esa felicidad que tanto añoraba estaba ahí instalada en mi ser. Lo amaba, amaba verlo todos los días, amaba cuando se molestaba por alguna cosa y como cedía aunque él tuviera la razón, amaba esas arrugas que se formaban en su frente y aunque era una orgullosa muchas veces yo era quien daba mi brazo a torcer, amaba cuando se quedaba dormido en el sofá, sus ojos cerrados, sus largas pestañas, su boca entre abierta de color rosa, la paz que me transmitía y lo lindo que lucía. Lo amaba estaba perdidamente enamorada del patán.
— ¿Quieres ir al club o te llevo a casa? — pregunta encendiendo el motor de su auto, sentía mis manos sudar y estaba muy nerviosa.
— Que tal si... Vamos a la tuya — lo último sonó más como un susurro. Su rostro se mantuvo serio, estaba segura de mis palabras, estaba muy segura de ese paso, ya lo habíamos hablado un par de veces y Cole siempre sacaba un chiste para aligerar la tensión, ni hablar cuando nuestro besos pasaban a otro nivel y era él quien me calmaba.
— ¿Estás segura?
— Si — asintió y lo veo cambiar de dirección, su casa quedaba al lado contrario de mi casa y del club.
Tomados de la manos entramos a su casa, todas las luces estaban apagadas y todo lucia en silencio, estaba muy nerviosa, tenía un poco de miedo pero estaba segura y sabía que nunca me arrepentiría por tomar este paso con él. Sí, Cole tenía demasiada experiencia y yo.. bueno nunca había estado con nadie, era muy joven y apenas había cumplido los diecisiete años, pero lo amaba y quería que este día tan especial quedará guardado para siempre en mi memoria.
— ¿No hay nadie? — susurro.
— No — dice encendiendo las luces — Mamá decidió irse con papá hoy, como Ana está enfermita decidieron descansar ambas allá, en la casa de la playa y Dylan esta en el club — asiento — Lili no tienes que hacer esto si no quieres — dice encarandome y me encantan que sea tan comprensivo.
— Quiero estar contigo Cole, quiero ser tuya — sonríe.
— Bien vayamos arriba.
Subimos a su habitación y antes de que pueda hablar besos su labios con desespero, con suavidad, haciéndole saber cuánto lo amo, cuan necesario es en mi vida. Él me toma de la cintura y me acerca a su cuerpo, siento mi corazón desbocado, mis piernas vacilar, pero no importa, no importa salvó nosotros, salvó este momento que compartimos, salvo lo necesitados que nos encontramos el uno de el otro.
— Te amo — susurro en sus labios.
— Y yo te amo mucho más Reinhart.
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😱😱😱 jajajaja awww mis bebés están todos enamorados, ¿que tal, les gustó este capítulo? Chachaaas yo sé que si.
Regalame una estrellita y comenta que tal te pareció. ¡Taran! Preparen los pañuelos para los siguientes capítulos, llegamos a la recta final 😥 bueno nos quedan unos 10 cap más, exagerada que eres Carolyn 😅😅
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Enamorada Del Patán [TERMINADA]
RomanceUna vida tranquila, sí tranquila es la palabra perfecta para definir mi vida, mi mejor amiga Bárbara siempre ha dicho que Lili Reinhart es sinónimo de timidez, orden, sutileza y bueno debo de admitir que soy algo retraída. Por otro lado Evans piensa...