Y los días pasaron, días en los que hubo tensión y preocupación por ambos lados.
Miguel se encontraba pensando, mientras sostenía el lápiz en su mano y trataba de dibujar algo en la comodidad de su habitación pero solo conseguía que la punta de la mina del lápiz chocara repetidas veces sobre la hoja y quedaran puntos marcados en la misma, no podía dibujar pensando en que podría estar haciendo Rubén y porque es que ya estaba llegando el fin de semana y no lo pudo ver ni una sola vez ¿Acaso se molestó con algo?
Claro que no quería ver el vaso medio vacío, pero era triste la idea de que Rubén no lo quisiera ver con las mismas ansias que él tenía todos los días. Soportó cada día que salía del trabajo en no dirigirse a su casa para respetar su decisión y esperaría a que viniera a verle tarde o temprano… ¿pero cuanto más haría esperarle? ¿No lo extrañaba acaso? ¿Era solo él?
Así de perturbado era imposible plasmar algo en aquel papel, pero debía tomar las cosas con calma, ya sabía de quien se trataba por eso no podía exigirle demasiado…
…
Rubén estaba sentado en su cama, con el botiquín de primeros auxilios a un lado. Se trataba algunas ampollas que le habían salido en su mano producto de aquel trabajo que se había tomado en realizar a su jardín… le había tomado tiempo sobretodo porque no estaba acostumbrado a labores como estas, sus manos se lastimaban fácilmente y debía parar para no herirse más… Las plantas muertas ya no estaban, la tierra había sido preparada… ahora ya solo faltaban semillas o plantas del cual debía conseguir.
Esos días solo trató de concentrarse en ese trabajo, en su descanso buscaba otras maneras de distraerse o solo dormir aunque le costara… se sentía culpable no haber cruzado la puerta de su casa para ir a ver a Miguel pero es que apenas cruzaba su presencia en su mente ya se sentía raro e incomodo y no sabía por qué.
No podía seguir escapando de algo que no comprendía, no entendía porque se le hacía tan difícil volver a cruzar miradas con ese amigo, con su único amigo podría decirse…
Había llegado la mañana del viernes y ninguno de los dos aguantaría más tiempo sin verse pero Rubén trataba de distraer su mente de eso siguiendo con el trabajo en su jardín muy temprano en la mañana.
…
Se dirigió a un invernadero para conseguir algunas semillas y plantas pequeñas… al cruzar aquellas puertas del lugar ese ambiente tan florecido y vivo le hizo recordar a aquellos tiempos donde su jardín era igual… tanta nostalgia… tantos recuerdos, pero era raro, porque no se sentía tan triste, es más, acariciar los suaves pétalos de algunas flores le hacían sentir una cierta calidez que ya casi había olvidado… si hubiese venido aquella persona que estaba parada en aquel acantilado el día que Miguel apareció ¿hubiese visto todo con la misma reacción? Aunque le costaba debía admitirlo, algo en él estaba cambiando.
Volvió a su casa con algunas semillas y plantas pero no pudo traer demasiado porque era una sola persona, seguro tendría que hacer otro viaje más tarde. Su mañana solo se concentró en plantar y regar…
…
- Miguel cambia esa cara o no entraran clientes – dice su jefe con un costal de harina que llevaba hasta la puerta trasera.
Miguel reacciona confundido. No se había dado cuenta de lo serio que estaba, no se encontraba molesto para nada, solo pensaba y pensaba… su mente se había ido de viaje pensando en solo una persona…
- Perdón – suspira.
Su jefe le mira por última vez en plan “concéntrate!” y se marcha. Ya no podían seguir las cosas así, debía ir a verle… Hasta Alex ya le insistía en que vaya él a su casa y le confirme si el domingo estaba disponible o no pero que vaya de una vez por todas y no espere tanto o el domingo llegaría y los planes quedarían al aire.