Los chicos se habían quedado observando cómo Rubén se alejó de a poco de sus vistas, no lo siguieron ni lo detuvieron, solo miraban con cierta expresión de preocupación por si lo que vendría sería lo mejor para él. Al principio, Alex no había comprendido muy bien qué necesitaban limpiar en aquella casa cuya conversación le había anunciado Melanie pero ahora que lo pensó con determinación ya había dado razón de lo que significaba y no podía evitar dudar si en aquel momento la mejor opción hubiese sido ser más perspicaz para detener el plan de su tía. No es que estuviese en contra, solamente asustaba el hecho de que el asunto empeore en vez de ser lo opuesto.
En el calmo anochecer de ese parque, Ricardo colocó las manos en sus bolsillos y miró a Alex con una sonrisa.
- Creo que por cualquier situación nos avisarán al móvil. Debemos ser positivos, volveré a casa y tú ve con Ana – le guiña el ojo y señala en dirección de su amiga que seguía sentada en la banca – buena suerte – le da unos suaves golpes con su palma en su espalda y procediendo a saludar a Ana a lo lejos comienza a caminar en dirección a su hogar.
Alex no supo qué contestar y casi estaba a punto de entrar en modo de pánico sabiendo que se había quedado solo con Ana, aunque todo estaba girando en torno al problema de Rubén, era probable que quisieran hablar de algo más que su amigo. Miró a la chica nervioso mientras avanzaba a hacerle compañía en ese asiento, había pasado ya un tiempo que no tenía conversación con ella cara a cara, recordaba esas torpes bromas que se hacían mutuamente cuando se tomaba un momento en ir a aquella tienda en la que trabajaba. Pero para su desgracia, el no vivir en la misma ciudad no le permitía compartir la misma cercanía como podía tener con sus demás amigos y eso frustraba mucho, pese a continuar comunicación por mensajes de texto y ocasionales llamadas, claramente no era lo mismo. Cada charla en la que las horas pasaban volando era como alimentar ese deseo de tenerle cerca, esa chica graciosa y hasta de a ratos molesta pero con gran corazón se terminó convirtiendo en una persona importante para Alex. El saber que probablemente nunca podría mirarle con los mismos ojos que solía mirar a Mangel y no poder pelear por ella en el mismo lugar causaba esa inseguridad y temor de que la situación de amistad a larga distancia nunca podría cambiar... rendirse y continuar cada uno con sus vidas fue algo que cruzó por su cabeza varias veces, quizás sería la mejor opción.
- Entonces... - el chico se sienta al lado de su amiga - Melanie fue a limpiar la habitación de los padres de Rubén, si no me equivoco.
- Si, me lo había comentado antes de irnos a la playa. Aquel cuarto es el único en el que Rubén no quiso tocar nada, ni limpiar, creo que un lugar con tantos recuerdos resultaría difícil para él. Ya de por si fue muy valiente en querer volver a vivir en su casa, de a poco se notaba que comenzaba a vivir una nueva vida y dejar atrás lo que le frenaba – cierra su abrigo hasta el cuello y se acurruca dando un ligero temblor – si Mangel no hubiese aparecido en su vida las cosas serían distintas. Ahora que lo pienso, esa fue la razón por la que me sentí tan atraída a Mangel, posee un gran corazón, tanto que nunca se rindió en acercarse a Rubén. Es capaz de entrar en el corazón de las personas...
Ambos estaban sentados uno al lado del otro pero no se miraban, observaban hacia el frente, a los árboles o a las estrellas pero no cruzaban miradas mutuas. Alex prestaba atención a las palabras de su compañera y pensaba o hasta envidiaba que tal descripción de Miguel no sea la misma que seguro tendría de él...
- Yo la verdad no soy buena en ese área, ser sociable o insistir en ser amiga de otras personas, yo conocía a Rubén no por haber hablado con él si no que lo llegué a ver de vez en cuando en el acantilado. Notaba en esa vacía mirada y su presencia de que era un chico muy solitario y aunque llegué a pensar que quizás era un muchacho deprimido y que necesitaba ayuda... no me acerqué. Mi rutina siempre era trabajar en la tienda y cuando me daba un tiempo de caminar un rato, en mi mente no buscaba en hacer amigos, conocía a Ricardo por ser del barrio pero tampoco tenía una relación muy cercana con él. Mangel nos terminó acercando a todos. De no haber aparecido ese extraño dibujante en la ciudad, si no hubiese ido al acantilado, si no hubiese ido a la tienda y llevado de mis caramelos favoritos, si no hubiese entablado conversación con Ricardo, si no hubiese tenido un amigo como tú, si no hubiese sido Ezequiel conocido de Rubén... todos esos "si no hubiese", seguro ahora yo no estaría hablando contigo. Rubén seguiría con aquella rutina solitaria y quien sabe hasta cuándo, yo seguiría trabajando sin quejas en la tienda de mi madre, Ricardo seguiría en el taller, Eze seguiría en la joyería y tú estarías en Alemania... Agradezco mucho que Miguel haya aparecido en esta ciudad y nos hayamos acercado todos de esta forma, por eso espero que ante cualquier dificultad, momentos malos y buenos, estemos unidos como los amigos que somos, quiero que por muchos años disfrutemos lo mejor que podamos. Tengo esperanza de que las cosas mejorarán para todos – sonríe mientras toma un dulce de su bolsillo y se lo come, luego saca otro ofreciéndoselo a Alex -¿quieres?