Las nubes grises acercándose de a poco anunciaban la llegada de una fuerte lluvia, con el clima del ya otoño a sus pies lo mejor era tener cuidado con el cambio del calor al frió y evitar enfermarse. Hoy era un día muy calmado en particular, fin de semana donde tanto Rubius como Mangel no debían trabajar y solo se estaban relajando un rato en el extenso jardín de la casa de la tía de Rubén donde, a diferencia de antes, ahora si se podía disfrutar de una tarde fresca con vista de plantas saludables lo que agradaba a la vista por supuesto. Con toda una tarde aun de relajación, Miguel se encargaba de quitar algunos hierbajos de las plantaciones mientras que el castaño aparecía en el mismo sitio con unas bebidas para servir, la pequeña gatita por su parte dormía profundamente en un cojín cerca del ventanal del comedor...
Los planes pendientes que tenían ambos en sus cabezas aun no se habían conversado pero no faltaría mucho para comentarlos porque eran cosas que a los dos les trasmitía cierta tensión aunque no de forma negativa pero si para inspirarles un tenue nerviosismo. Eran pasos importantes en su vida y claro, se quería un completo bienestar en sus vidas después de todo lo avanzado hasta ahora aunque, pese a eso, aun había detalles no tan sencillos de sobrellevar.
La mente de Rubén en este instante estaba un poco mas en las nubes tratando de tomar la decisión definitiva para cambiar su ambiente o mejor dicho, volver a su viejo ambiente. No era que no quisiera, estaba seguro de ello, solo pensaba que si dar ese paso era la mejor opción porque era algo que lo sacaría de su zona de confort, ¿Se podría acostumbrar? ¿Podría estar bien sin pensar en cosas innecesarias?
Mangel tomaba un vaso de agua mientras observaba ahora a ese chico que se hallaba sentado en los escalones de la puerta trasera con una mirada perdida, pensativa y expresión seria, no sabia si se aburría y estaba pensando en algo ¿pero que?
- Hey – Se sienta a su lado con un suspiro de cansancio luego del trabajo hecho en ese jardín.
- Mmm? – le mira muy tranquilo el castaño.
- ¿En queh piensah? Te he ehtado viendo muy... comoh decirlo, ido –
Rubén se queda unos segundos en silencio mientras su mirada se enfoca en las plantas, se notaba que no podía responder con seguridad mientras se mordía con suavidad los labios.
- Mangel ¿Por qué me ayudas a mantener este jardín así cuidado? – le devuelve con otra pregunta que parecía no tener relación con lo de antes.
El morocho le mira algo confundido pero decide seguirle el rollo porque estaba seguro que relación alguna debía tener su pregunta con lo que quería saber.
- Pueh, ¿no es obvioh? Pohque me gusta ayudarteh, ademáh ehta quedando bonitoh este lugáh, es buenoh mantener cuidado el jardín de una casah – espera confundido su respuesta.
El silencio vuelve a sucumbir por unos segundos mas.
- Es que he estado pensando mucho y aun estoy dudoso con lo que te diré pero – se gira a mirarle con unos ojos que transmitían paz pero al mismo tiempo duda y temor – sabes, ¿te acuerdas cuando fui contigo a mi casa, la que vivía yo antes?, quizás es un poco precipitado y tal pero, teniendo en cuenta que es la casa donde yo debería vivir... pensé que yo podría intentar volver, ya sabes, arriesgarme a volver a vivir allí. Me queda mas cerca de mi trabajo, es mas pequeña y acogedora, aunque me resulta aun difícil estar en ese lugar por los recuerdos y esa nostalgia pero creí que debía intentarlo pero... miro todo esto – vuelve a ver el jardín – he pasado la mayor parte de mi vida aquí y esta cobrando vida, no se si podría estar pendiente de ambas casas, tendría que volver aquí a vigilar que este todo en orden, cuidar las plantas...
- Ya entiendo, dejameh ponéh en orden lo que me cuentas – le interrumpe ante ese discurso logrando captar su punto en concreto – a ver... me diceh que quiereh volver a tu hogar, tu viejah casa ¿no?, pero crees que haciendoh eso se descuidará ehta ¿verdáh? –