Capitulo 8

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Las manos de Rubén seguían temblando sin entender porque ahora el había aceptando ese abrazo pero lo que menos entendía era porque aquel chico estaba así aferrándose a el llorando de esa manera. El no valía la pena para que alguien se preocupe así, entonces ¿Por qué se quería involucrar con el a este punto?. ¿Qué sentido tendría ser el amigo de alguien tan aburrido?

Miguel se aparta de el lentamente y comienza a secarse las lagrimas con el puño de su manga. Rubén solo se mantenía en silencio mientras le observaba.

- Botiquín de primeros auxilioh. ¿tienes? – Levanta un poco su mirada mientras seguía secándose.

Rubén reacciona.

- Si… en el armario del baño, la puerta de al lado.

Miguel se levanta para abrir la puerta y salir de allí para buscarlo. Mientras tanto Rubén no sabía que pensar, ahora ¿Qué haría? ¿Echarlo de su casa? ¿Seguir con la idea de que no le vuelva a hablar más?. Era seguro que ahora trataría de curar su pequeña herida de su muñeca. ¿Por qué molestarse en hacer eso?. No fue la gran cosa. Una parte de el quería sacarlo de allí y no ver su rostro nunca mas, sentía una impotencia indescriptible pero otra parte la que se sentía desesperada de afecto, quería aunque sea unos minutos tenerle cerca. Era la primera vez desde la tragedia que sucedió años atrás que el quería tener a alguien cerca. Si Miguel nunca le hubiese hablado, nunca se hubiese acercado no tendría en su mente toda esta confusión.

A los minutos vuelve con el botiquín arrodillándose frente a el y sosteniendo su brazo.

- No tienes que hacerlo, no fue la gran cosa – protesta tranquilo y avergonzado.

- Pero puede infehtarse – y con un algodón comienza a suavemente presionar en la herida.

Se podían ver todas las otras cicatrices anteriores, Miguel  solo estaba concentrado en la que curaba, aun así no podía evitar sentirse intranquilo y triste. Quería hacerle tantas preguntas.

 Los segundos en silencio pasaban mientras el seguía encargándose del corte, colocándole agua oxigenada, pasando una venda y finalizando. Luego comienza a guardar los elementos que utilizo, cerrando el botiquín y sentándose al lado.

- Gracias… - dice Rubén abrazando sus rodillas mientras miraba hacia un lado, evitando su mirada.

- De nada… -

Y de nuevo el silencio. Miguel tenía miles de preguntas en su cabeza, pero lo que menos quería era llegar a decir algo que le molestara y arruine todo. Ya el haberle aceptado su abrazo, el haberle dejado curar su herida y no haberle echado era un gran paso para el, pero si el silencio seguía así iba a terminar de seguro incomodándole más. Y decide hablar.

- ¿Por qué te lahtimas? – sin rodeos decide solo preguntar, si sentía que lo estaba empeorando mas pediría perdón y se mantendría callado. El solo esperaba su respuesta mientras Rubén seguía allí mirando al lado opuesto de el.

- Hacia tiempo que no lo hacía, lo había dejado – contesta aun sin dirigirle la mirada, su voz estaba tranquila y un poco apagada pero no parecía estar molesto.

- ¿ Fue mi culpah que lo volvierah a hacer? –

Rubén se gira sorprendido y se encuentra con sus ojos.

- No lo sé – vuelve a mirar ahora al frente – no se bien la respuesta, estoy demasiado confundido.

- ¿Por qué? – pregunta más confundido el, pero algo más o menos sabia el porqué de la confusión de Rubén. Un chico acostumbrado a estar solo y que alguien se metiera asi en su vida, una parte de el se sentía culpable de estar haciéndole mas mal que bien, pero otra parte sabía que no podía rendirse y dejarle asi como si nada, porque el se daba cuenta que la parte de Rubén que era fría e ignoraba todo a su alrededor estaba de a poco desapareciendo, estaba viendo mas alla de su propio mundo en el que se perdia.

Fanfic / Rubelangel : El acantiladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora