Mientras los dedos de Mangel iban acariciando la piel, los cabellos y cada parte del rostro de Rubius como si estuviese apreciando y explorando sus facciones, sus labios saboreaban lentamente los suyos con movimientos suaves, era inevitable para él abrir sus ojos a cada segundo para admirar ese atrayente rostro tembloroso que trataba de seguir y acoplarse en ese juego tan intimo, como esforzándose a no decepcionarle. Después de todo, estas experiencias de pareja son nuevas para Rubén, caricias, besos, decirse cosas lindas, todo tan vergonzoso que le daban ganas de escapar pero no porque no le guste, esta clase de vergüenza nunca la sintió antes y le resultaba complicado acostumbrarse y no podía evitar pensar que podría llegar a hacer algo que lo deje como un tonto, bueno... ya se sentía de esa forma con aquellas palabras que le dijo hace minutos atrás y su rostro que se quemaba no se aliviaría con nada, menos si Mangel le acariciaba de esa forma y le besaba con tanto cariño.
Las respiraciones las podían sentir chocando con sus pieles, tan aceleradas y tibias de la misma forma que se comportaba su corazón que retumbaba con fuerza en sus pechos. En el momento en que sus lenguas ya habían tomado protagonismo en ese contacto todo de a poco podía predecirse que se estaba saliendo de control y que la temperatura iba en aumento. Para la mente del de lentes había un pensamiento y un deseo que hace tiempo venia ocultando pero que no podía expresárselo al castaño por el hecho de que no quería que las cosas vayan tan rápido, porque sabía cómo era ese tímido chico y porque quería poner sus sentimientos primero. El contacto físico es importante en una relación pero eso queda en segundo plano si las emociones y el entenderse entre sí, conocerse, aun no estaban del todo claro. Ahora eso que parecía un alto muro delante de sus ojos ya no lucía tan alto, como si ya no hubiese obstáculo para ambos, como si de ahora en más se sintiesen más unidos que nunca... era por estas sensaciones que Mangel quería pisar el otro lado de la línea, esa línea que separaba los días de siempre a algo mucho más personal. Esa muestra de amor más profunda que cualquier otra, claro que para algunos no significa tanto o lo toman como algo fácil y sin mucha importancia pero cuando lo haces con la persona que realmente amas es totalmente mágico. Pero... ¿Qué opinaba Rubén con respecto a esto? ¿Acaso se imaginó alguna vez hacer algo tan intimo o nunca se le cruzó por su cabeza? Mangel quería hacérselo saber, que quería tocarle más y llegar a lo más lejos que sus cuerpos serian capaz de hacer...
Los ojos de Rubén se mantenían cerrados por lo que su mente solo estaba consciente a lo que su tacto experimentaba, ya se había besado anteriormente con Mangel, besos rápidos y simples y otros más románticos pero esta vez era diferente, era diferente a esos porque ninguno de los dos se detenía y para ser sinceros tampoco querían detenerse. Se sentía demasiado bien y aunque sus latidos estaban descontrolados al mismo tiempo estaban relajados, una mezcla entre ansiedad y paz...
De forma casi involuntaria el castaño cruzó sus brazos por alrededor de su nunca acercando mucho más sus cuerpos lo que le llevó una gran sorpresa al morocho que estaba en su límite y con eso, Mangel llevó sus manos a su delgada espalda y comenzó a caminar impulsando a ambos hasta la puerta de su habitación.
Al llegar al destino y sentir la madera chocar con su pie Rubén abrió sus ojos perdido y confundido al notar que detrás suyo estaba esa puerta ¿Por qué lo había empujado hasta aquí?, pero cuando aparta su rostro separándose de los labios de Mangel éste le toma su mentón para mirarle fijamente con una mirada extasiada a la par de que ahora su respiración se expulsaba entusiasta por su boca semiabierta.
Esa mirada... esa expresión ya le había comunicado todo y no era idiota, ya se había dado cuenta de lo quería ese chico pero no podía y no sabía que decirle, su mente se quedó en blanco y eso era inútil en tratar de buscar alguna excusa que lo saque de este aprieto ¿pero acaso quería tener esa excusa? Tenía en claro sus sentimientos, el de los dos estaban más que claro ¿entonces a que quería escapar? Era sencillo, dudaba si entregarse por completo a esa persona, de darlo todo y recibir todo porque el miedo es lo que todos poseemos y para algunos eso es una piedra en el camino pero para otros un motivo para superarlo y volverse más fuerte ¿Cuál de los dos era Rubén? O mejor dicho ¿Cuál de los dos quería ser?