Capitulo 45

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Ignorando por completo sus reclamos, Mangel terminó desapareciendo en la lejanía y Rubén no sabía cómo reaccionar. Todo sucedió tan deprisa que lo único que sentía era una sensación de vacío y abandono inmenso, ¿Por qué había hecho esto?, tenía tantas preguntas pero ahora la frustración le ocasionaba no querer escuchar ninguna razón. Con el dolor que toda la situación de su padre había provocado no esperaba que la persona que tanto cariño le había cogido decidiera marcharse así cuando más le necesitaba. Pero si tanto le necesitaba entonces ¿Por qué decidió evitarle? No quería aferrarse a ese chico y tener que ser una carga pero al final le terminó involucrando más de lo que creía y haciéndole sentir que realmente no quería apartarlo de su lado.

Pero ¿Qué se supone que ocurriría si los siguientes días seguirían igual? Demostrando frialdad a sus seres queridos y leyendo una y otra vez esas cartas, no ganaría nada, sería un escape de la realidad que no quería enfrentar o quizás solo retroceder cambiando la poca alegría que estaban consiguiendo. No, si de alguna u otra forma las cosas podían cambiar entonces ninguno se tendría que quedar sentado dejando que el tiempo pase porque al no saber qué mañana les espera ¿Qué ocurriría si todo se vuelve más oscuro? Mangel, aunque no sirva de mucho, se propuso buscar esas respuestas de las que Rubén no buscaría por su cuenta, esas respuestas que por mas malas que sean podrían dar un paso a dejar definitivamente el pasado atrás. Pero mientras Mangel realizase ese trabajo por su lado, Rubius debía experimentar la calidez de los lazos formados hasta ahora porque el de ellos dos no era el único, debía hacerle entender la importancia que tenía a todos pero sin la presencia de su pareja, así se daría cuenta que solamente él mismo significaba mucho más que un tímido muchacho solitario.

Con mucho enojo, Rubén, ignoró a todas esas personas fuera de su casa, amigos y familia e ingresó nuevamente con pisotones ruidosos subiendo al segundo piso a encerrarse en su cuarto.

Todos se miraron preocupados de la ahora ausencia de una persona tan influyente pero ninguno se daría por vencido en demostrar los mismos gestos a alguien que tanto querían, contribuyeron en este plan y lo seguirían hasta su regreso.

El furioso muchacho trataba de calmarse sin apartar su espalda de la puerta, hacía tiempo que no sentía una ira como ésta como al mismo tiempo se sentía patético porque nunca creyó que podría ser tan dependiente y posesivo, antes el estar solo era una costumbre y ¿ahora alejarse de alguien le sacaba de sus casillas de manera tan inusual que hasta se desconocía completamente?... quizás que ese chico entrase a su vida fue un error, pensó. Sabía el peso que acarreaba a otros desde que todo esto comenzó por esa razón entendía que su dolor ya no era individual. Pero aunque pensara todo esto, siendo sincero, era agradable esta clase de importancia que le daban, todo era muy contradictorio.

Sobre la cama las cartas ya no estaban por obvio motivo pero a cambio de eso sobre su sábana estaba el cuaderno de dibujos de Mangel, como si fuese un reemplazo para que no se enoje demasiado. Suspiró buscando calmarse un poco y le dio unas rápidas hojeadas antes de decidir ir a darse un baño, por momentos su mente permanecía en blanco, su rostro sin expresión alguna como dejándose llevar por la rutina y no querer recordar lo que le molestaba.

Pasados ya varios minutos decidió volver a bajar porque ciertos ruidos se escuchaban abajo, podía ser Raspy jugando pero los murmullos de personas desacreditaron aquello. En el comedor estaban Melanie, Julian, sus suegros y Alex compartiendo una amistosa cena como si de su casa se tratase.

- Emm.. ¿Interrumpo algo? O mejor dicho ¿Por qué tan cómodos en mi casa? – llama la atención de todos deteniendo el movimiento de sus cubiertos.

- Oh, Rubén, ya has comido ¿verdad?, no te preocupes, trajimos todo para no gastar tu comida y puedes sentarte de todas formas- le responde Melanie con su peculiar sonrisa.

Fanfic / Rubelangel : El acantiladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora