El sol se iba ocultando de a poco. Aquellos últimos rayos de luz con un cielo rojizo iluminaban a ambos del cual se seguían mirando fijamente, como esperando a que uno decida a hablar.
El rostro de Rubén era mas de impacto que de otra reacción cualquiera, ni siquiera se había puesto a deducir si aquello que pasó en realidad pasó o solo había sido una mala jugada de su mente, estaba confundido ¿acaso esa ola le golpeó tan fuerte que le hizo imaginar cosas? Claro, buscaría cualquier excusa para darle explicación a lo sucedido.
En contrario de aquel rostro de confusión de Rubén, el de Miguel era de puro terror, la había cagado completamente, su autocontrol desapareció en un segundo… es con aquella sonrisa ¿Quién podría? Él no, se dejó llevar por ese amor que le tenía y esa última expresión de aquel chico que nunca había visto sonreír concluyó llegando a su límite. Fue como si su cuerpo se controlara sólo dejándose encaminar por todos esos sentimientos guardados desde el primer momento en que cruzó miradas con él.
Que sencillo seria decir “te besé porque me gustas” pero había varios factores que jugaban en contra de acuerdo a todo este tiempo transcurrido. Primero, el miedo de arruinar su amistad. Segundo, Rubén es inseguro e inestable, aceptó tener de amigo a Miguel a pesar de lo hostil que resultaba a ser. Si le costó aceptarle como amigo, cualquier acción que sienta que su amistad fue traicionada seguramente ocasionaría la distancia entre ambos. Tercero, ambos eran chicos aunque esto no influía negativamente demasiado, el amor es el amor … Miguel tenía asumido que era bisexual ¿pero Rubén?, aceptó querer a ese chico de lentes pero proponerse salír con él, ser su novio… eso sí que ni siquiera se le ocurrió pensar, bueno… desde ya que ni se hacía ilusiones de que se convierta en su novio, solo le gustaba y ya, no quería verle con nadie más, tenía miedo a perderle pero pensaba más en la felicidad de Miguel que en la propia, si algún día se conseguía novia debía soportar ese dolor. Y el último factor era el bajo autoestima de Rubén, si sus sentimientos eran mutuos eso significada que Miguel le daría toda su vida a él, no tendría un hijo de su sangre, un nieto para sus padres, en vez de presentar a una chica a su familia sería “un chico” ¿acaso su familia sería de mente abierta? ¿y si se ponían furiosos? ¿si los rechazaban? Rubén perdió a su familia, nunca permitiría que por su culpa el chico al que quiere también la pierda por estas razones.
Parecería que para los dos iba a ser un amor secreto que se llevarían a la tumba, pero no resultó así y ahora debían enfrentarse a sus obstáculos, obstáculos de su propia mente y hablar de aquellos problemas pero por ahora, eso no pasaría…
Unos pasos se escuchan acercarse en la arena, eran los chicos ya con sus cosas al hombro y listos para marcharse. La mirada tanto de Miguel como la de Rubén los miran a ellos sin pronunciar palabra alguna como ignorando lo ocurrido.
- Los estábamos buscando chicos ¿se divirtieron? – dice Alex con la mochila de Miguel en su mano del cual le arroja para que la atrape.
- Aquí está la tuya – Ricardo le acerca la mochila a Rubén.
Ambos seguían sin contestar nada.
-¿Por qué tan callados? – Ana se acerca a Rubén – Hey ¿no estás muy rojo? ¿Usaste protector solar?
En ese momento Rubén reacciona por fin. Por alguna razón se sentía muy avergonzado y con unas ganas rápido de llegar a casa, no quería que lo vean porque sentía que estaba luciendo muy tonto.
- Olvidé usarlo – trata de separarse un poco de ella y tapar su rostro con su mano – está oscureciendo, mejor vayámonos – y con pasos apurados comienza a alejarse primero que todos.
- ¿y a ti que te pasa? – Alex nota una mirada preocupada en Miguel.
- No es nadah … ¿noh vamos? –