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Ese día Jungguk había llegado temprano al colegio, ya que el horario laboral de su mamá había cambiado.

Fue directo hacia su salón correspondiente y se sentó en la silla del fondo. Puso la capucha de sudadera sobre su cabeza y metió las manos en el bolsillo. Comenzó a jugar con sus dedos, con la esperanza de que no se quedará dormida.

El aula comenzó a llenarse de alumnos, faltaban cinco minutos para que las clases empezarán pero el profesor les tenía dicho que no dejaría entrar a nadie una vez que el estuviera adentró, así que todos tomaban sus precauciones.

Conforme el aula se terminaba de llenar, podía escuchar las conversaciones que tenían los grupitos frente a ella.

El profesor entro, y todos callaron, nadie quería poner al docente de mal humor o todos pagarían caro.

La clase transcurrió de manera tranquila.
Jungguk nunca participaba de manera voluntaria, solo cuando el profesor le preguntaba algo, respondía en voz baja.

La hora del almuerzo nunca fue de los momentos favoritos de la pelinegra. Mucha gente, mucho ruido, mucho de todo.

Por lo que ella llevaba su lunch, y cuando el receso comenzaba, camina hacia su "escondite", un pequeño espacio que había entre unas escaleras, donde se podía sentar tranquila a comer, sin ser molestada o vista.

Aunque ella podía ver a todo el que pasará por ahí.

Poniéndose sus audífonos, empezó a almorzar tranquilamente. Veía pasar a la gente, a veces se preguntaba que estarían pensando o simplemente observaba como iban vestidos o solo les veía.

Su descanso y paz termino y tuvo que regresar al aula. Sin ver a nadie, como siempre, se dirigió a su asiento.

Por alguna razón, sintiendo las miradas de sus compañeros

Nuevamente cuando se llenó el aula, se llenó de voces que no parecían tener ganas de callarse.

Tomo asiento repitiendo el proceso de la mañana. Sentarse, capucha, jugar con sus dedos, escuchar.

Realmente no estaba interesada en los chismes de la escuela pero, parecía que todos tenían el mismo tema de conversación.

"Al parecer se quiso matar" "La encontraron vomitando en los baños del estacionamiento" "Ahora que lo mencionas nunca la he visto comer" "Siempre trae algo de comida en la mano" "Inteligente pero meh" "Baila bien pero esta completamente loca", oraciones acompañadas de risas, mas insultos.

Subió lentamente la mirada y pudo ver cómo la mayoría de sus compañeros miraban en su dirección "disimuladamente".

Sobre todos los murmullos pudo escuchar "Las apuestas están en que ella es la siguiente"

Cumpliendo a la palabra.
La psicóloga de la escuela entro y llamó la atención de todos tocando la puerta.

-Jungguk, puedes acompañarme por favor.-

Las risas y más murmullos no se hicieron esperar.

La pelinegra tomo su mochila y con la cabeza gacha y mandíbula apretada, siguió a la psicóloga.

Una vez en la oficina, le dijo que tomara asiento y empezó a explicar el motivo por el cual, la pelinegra se encontraba ahí.

Con un pase en mano y lágrimas en los ojos, salió de la oficina, dirigiéndose al aula que le habían indicado.

Las lágrimas resbalaban por sus mejillas sin que ella pudiera detenerlas.
Sus pensamientos estaban por todos lados y a la vez en ninguno.

Cuando por fin llegó a su destino, se paró frente a la puerta, apretando la correa de su mochila con fuerza.
Viendo desde afuera, por la pequeña ventana que tenía la puerta. Se encontró con seis chicas sentadas.
Las había visto a todas antes.
Envidiaba a algunas de ellas, si no es que a todas.
La pelirrosa con cuerpo para morir y cara de angel y la pelinegra con actitud, rostro y cuerpo de modelo, eran las chicas mas codiciadas del instituto.
La castaña de piernas largas y estilizadas era la chica más inteligente que había conocido en su vida, y la otra castaña que todos conocían por ser de las mejores animadoras.
La rubia rebelde que llamaba la atención sin querer, al igual que la pelirroja alegre con sonrisa de corazón.

Como podría si quiera, encajar.
Ella nunca había tenido amigos antes, para todos era demasiado callada o a veces demasiado ruidosa.
Su autoestima estaba por el suelo acompañando a sus ganas de vivir.
No había punto de comparación entre ella y las chicas que se encontraban adentró.
La separación era tan clara como la puerta que en ese momento les dividía.

Entonces recordó todo lo que escucho en su salón, mas lo que le había dicho la psicóloga y con un respiro profundo, abrió la puerta lenta y silenciosamente.

Las seis chicas voltearon. Tres le sonrieron, la rubio le saludo con un leve levantamiento de cabeza, y las dos restantes solo la observaron.

-P-permiso.-Hablo Jungguk, arrepintiendose en el momento al escuchar su voz temblar.- La psicóloga me d-dijo que vin-niera..

-A ti, a mí y a ellas. Jala una silla, dijo que debiamos ponernos en círculo- Hablo la rubia, para después murmurar- Vieja ridícula.

Jungguk jalo una silla, y la puso en el espacio que quedaba, así , cerrando el círculo.

Tragó saliva al sentir el incómodo silencio.
Definitivamente ella no lo rompería

- Entonces... Porque están aquí? - Rompió el incómodo silencio Taehyung.

Ese día Jungguk había llegado temprano al colegio, y había salido más tarde de lo normal, acompañada de potenciales amigas y la esperanza de que su vida cambiará para mejor.


Perdon por desaparecer, trataré de actualizar más seguido :(
Les amo, gracias por leer.

𝙏𝙧𝙤𝙪𝙗𝙡𝙚 𝙜𝙞𝙧𝙡𝙨 𝘣𝘵𝘴 𝘧𝘦𝘮 𝘢𝘶 TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora