Jeon JungKook fue juzgado desde la infancia por algo que salió de sus manos y su padre se encargó de hacerle vivir un infierno en vida mediante la insensibilidad y el desinterés. Pasó años buscando una aprobación que jamás llegó y, en cambio, más ma...
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La cena terminó en discordia.
Las familias volvieron por su lado minutos más tarde, cada uno acarreando sus propias discusiones por el claro desacuerdo de JungKook y NamJoon, especialmente del omega.
El camino a la mansión Kim fue incómodo. NamJoon estaba totalmente tenso y con ansiedad, no hallando mejor forma de estar que manteniendo la espalda pegada al respaldo.
—No me gustó para nada como me cuestionarse, NamJoon —reprochó su padre con firmeza—. Me pusiste en vergüenza.
Su padre hizo silencio, haciéndole ver que quería una respuesta.
—Dije lo que pienso-
—¡Abstente a decir estupideces para la próxima! —vociferó DongGun, logrando que NamJoon se encogiera de hombros, con el rostro tensado—. Planearemos los asuntos a las perfección para que esa boda se realice y, con ella, la unión de las empresas. —Miró la hora en su reloj.
—Padre —murmuró NamJoon—, ¿en serio esto es necesario?
—Por supuesto que es necesario —sentenció el Sr. Kim—. Ya te lo dije, ¿te lo tengo que volver a repetir?
El auto se detuvo y DongGun fue el primero en bajarse. NamJoon le siguió, no queriendo soltar la conversación.
—Padre, esta no es la forma —insistió, siguiendo sus pasos—. No puedo casarme...
El Sr. Kim se detuvo apenas entraron a la mansión, girándose para ver a su hijo directamente a los ojos.
—Claro que puedes, y lo harás —bramó—. Espero que no te estés poniendo de esta manera por lo que pienso, Kim NamJoon.
NamJoon apretó sus puños a sus costados.
—Así que míralo del lado positivo, JungKook parece ser un omega aceptable, ¿no te pareció atractivo? Además, ya va siendo hora de que te cases y sigas con la descendencia de la familia. Confío en ti para ello, tú eres mi orgullo, NamJoon. No me decepciones ahora.
NamJoon se quedó sin palabras que decir, agotado de que su padre buscase internarlo en el mundo de los negocios, incluso sobrepasando los límites que no creía posibles. Aunque, de igual forma, no hubiera servido de nada porque su padre ya estaba retirándose directo a su estudio, exigiendo al aire que no fuera molestado.
Suspiró y, abatido, se dejó caer sobre el sillón del salón.
TaeHyung apareció en el lugar poco después, con un vaso de jugo en la mano.
—¿Cómo te fue en la cena con los Jeon? —inquirió, sabiendo de antemano por el propio NamJoon que se trataba de dicha familia. Y es que NamJoon se lo había hecho saber apenas tuvo oportunidad mediante un mensaje de texto.
TaeHyung no mentiría, estaba más que extrañado.
—Ni siquiera sé qué responder a eso —bufó, masajeándose los párpados—. Papá me tiene cansado...
