64. La verdad

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Pasaron unos días después de aquello, y todos los Kim estaban abatidos y afligidos

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Pasaron unos días después de aquello, y todos los Kim estaban abatidos y afligidos. JungKook, por su parte, estaba muy inquieto, y por su mente no habían dejado de pasar posibles numeraciones para abrir la caja fuerte en el despacho de MinSoo en su antigua casa.

Él intentaba darle toda la estabilidad y el apoyo que TaeHyung necesitaba dentro de lo que sus capacidades emocionales se lo permitían, pero no podía evitar angustiarse con lo que había dicho ese hombre con respecto a su madre.

Ahora mismo, los cuatro estaban desayunando en la mesa de la cocina. El lugar estaba silencioso, de ese silencio que eriza los cabellos de la nuca. Todos habían perdido sus ánimos desde ese día, y TaeHyung ya se había reincorporado al trabajo en la empresa Kim mientras que JungKook había vuelto a la universidad. SeokJin había iniciado sus pasantías en la empresa de los Kim, por lo que ahora también iba a las oficinas con los hermanos.

—Lo que ese hombre dijo de tu madre... —habló NamJoon, quien había estado mirando a JungKook un buen rato, pero el menor parecía muy ensimismado en sus propios pensamientos como para darse cuenta antes de que las palabras salieran de la boca del alfa.

Pero cuando escuchó aquello, inmediatamente alzó la vista, tenso.

—Estaba mintiendo —se limitó a decir JungKook, volviendo a bajar su cabeza hacia la comida, y NamJoon intentó rebatir aquello, pero SeokJin le puso la mano en uno de sus brazos para que guardara silencio.

JungKook volvió a pesar en ello, llegando a la conclusión de que no podía ser cierto, porque realmente él se negaba a esa opción. Su madre era lo único bueno que recordaba haber tenido en su vida desde pequeño, así que no estaba dispuesto a creer semejante barbaridad que había salido de los labios de aquel hombre.

Una vez todos terminaron su desayuno, los primeros en levantarse de las sillas fueron NamJoon y SeokJin, saliendo de la cocina luego de despedirse del menor. JungKook y TaeHyung ya estaban levantados, y el mayor se acercó pasa depositar un beso en sus labios, sin llegar a moverlos, pero tampoco sin separarse al instante. JungKook había puesto las manos en el pecho del mayor, y al separarse se quedaron viendo unos pocos instantes antes de que JungKook rozar sus narices en un beso esquimal.

—Suerte —murmuró JungKook, y TaeHyung acarició su cintura.

—Tú igual —dijo, y poco después bajó suavemente la cabeza del menor con una mano para depositar un corto beso en su frente antes de salir de la habitación junto con NamJoon y SeokJin.

JungKook se quedó viendo por la ventana como el auto con los tres Kim salía de la mansión y se quedaba solo en ella. JungKook suspiró, sintiéndose mal. Ahora que TaeHyung se veía tan apagado, ocasionaba que él se sintiera igual, porque después de todo lo que habían pasado, TaeHyung se había vuelto un complemento para él y para su felicidad.

Faltaron unos pocos minutos para que el timbre sonara, indicándole que Shin ya había llegado, tal y como habían acordado. Le abrió y ahora el alfa se encontraba cruzando el umbral de la puerta principal.

Forbidden Passion © Taekook ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora