Jeon JungKook fue juzgado desde la infancia por algo que salió de sus manos y su padre se encargó de hacerle vivir un infierno en vida mediante la insensibilidad y el desinterés. Pasó años buscando una aprobación que jamás llegó y, en cambio, más ma...
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SeokJin daba pasos cortos mientras miraba el vaso de Cola-cola que tenía en una de sus manos porque sus antojos se lo pedían. Iba de vuelta al salón, donde estaban los demás, esperando por su llegada.
Se detuvo en seco y abrió un poco los ojos cuando JiMin ahora estaba frente a él, tocando su panza con ambas manos.
—Ya la gastritis está grande —dijo con una gran sonrisa antes de inclinarse para darle un beso; SeokJin lo miró raro—. Comes tanto como yo comía de bebé —balbuceó tonta y agudamente.
SeokJin sonrió forzado y extraño y tomó su panza con una mano y se volteó un poco para liberarse del agarre de JiMin mientras YoonGi estaba con los ojos cerrados, cubriéndoselos con una mano por la vergüenza. El omega azabache caminó al sofá y se sentó junto a NamJoon, quien no demoró en acomodarse un poco mejor para tenerlo más cerca.
JiMin fue a sentarse luego de eso, sin despegar la mirada sonriente de la panza crecida de SeokJin mientras sus piernas estaban cruzadas, encantado y embobado.
YoonGi estaba por sacudir un poco a su pareja para que espabilara, pero su teléfono sonó. Cortésmente murmuró un "con permiso" y se levantó del sofá para caminar a la otra habitación y así atender.
El omega peligris mantuvo su sonrisita mientras vio cómo su alfa salía de su campo de vista hacia el pasillo, e instantáneamente volteó a mirar a SeokJin y a NamJoon, quienes estaban algo perturbados con la actitud tan extraña que estaba mostrando JiMin.
—Vine porque estoy molesto —mantuvo su sonrisa, logrando que la pareja lo mirara raro, pero JiMin ignoró eso, permaneciendo en la misma posición que antes: con las piernas cruzadas y la espalda recta—. Ustedes no saben lo molesto que estoy —SeokJin bebía de su Coca-cola sin despegar la vista de JiMin mientras que NamJoon alzó las cejas, dándole paso a JiMin para continuar—. Fui a casa del sugar de JungKook dos veces. ¡Dos veces! —alzó dos dedos de sus manos—, y ¿ustedes creen que el que dice ser mi mejor amigo me quiso recibir? —la pareja pudo ver como la cara de JiMin se tensaba cada vez más—. Así que si saben algo de él o tienen una explicación para su antipatía... —los miró con los ojos bien abiertos—, díganmelo ya
NamJoon y SeokJin se miraron entre sí, sin cambiar sus caras. El alfa volteó hacia JiMin y negó lentamente con la cabeza.
—No sabemos nada de él, Shin solo me dice que sigue con él —hizo saber.
—Ah, ¿tampoco les manda ni un mísero mensaje? —apoyó sus manos sobre sus piernas—. Ay pero es que se merece un premio —rió forzosa y falsamente, casi como un loco—, pero un premio de puñetazos
NamJoon y SeokJin estaban preparándose para escuchar las mil y un maldiciones que JiMin estaba listo para soltar, cuando tocaron el timbre, haciendo que JiMin bufara alto y rodara los ojos por la interrupción.
—¿Será Tae? —preguntó SeokJin con el ceño fruncido, pero NamJoon negó.
—No lo creo —volteó a mirarlo—. Yo me levanto —dijo, con el fin de que SeokJin no hiciera más esfuerzo del necesario.
