Después de aquel emotivo momento, los días fueron transcurriendo en la mansión Kim. Todo iba viento en popa: la relación entre JungKook, NamJoon y SeokJin se había reforzado y ahora los dos mayores estaban al pendiente de su bienestar, cosa que JungKook agradecía en silencio. Ahora que sus padres no estaban ahí para vigilarlos, tenía una habitación propia que NamJoon le ofreció para más comodidad y privacidad. Los viajes a la universidad con SeokJin se habían vuelto muy cómodos e incluso entretenidos. Sus clases en la universidad también iban de maravilla, se había reunido con varios de sus profesores y algunos abogados experimentados para añadir nuevos conocimientos que tenía pensado utilizar después.
Y, en sus tiempos libres, se la pasaba arreglando la presentación de arte que utilizaría para el concurso entre academias. Cada vez faltaba menos para que ocurriera.
Solo había una cosa que fallaba en todo esto.
TaeHyung lo había estado evitando en todo momento. No le dirigía palabra y ni siquiera podían estar en la misma habitación sin que el alfa se fuera. Eso lo tenía algo incómodo, estaba esperando que el alfa se disculpara con él en algún momento.
Actualmente, ese mismo alfa de cabello castaño y ojos almendrados caminaban por los pasillos de la mansión de camino a su habitación para descansar después de una dura jornada de trabajo. Sin embargo, algunos ruidos llamaron su atención. Curioso, cambio la dirección de su andar hacia donde provenía el sonido constante y terminó parado frente a una habitación inutilizada que casualmente estaba entreabierta.
La abrió por completo y entró, parpadeando al ver de quien se trataba.
En medio de la habitación, JungKook estaba moviendo su espalda de un lado al otro al compás de una canción muda, sentado en un banco y con un caballete de pintura en frente. Deslizaba las brochas con elegancia y exhalaba a la par, para luego volver a toquetear la pintura con la punta de brocha y repetir el proceso. Delicado y preciso.
TaeHyung no pudo despegarle los ojos de encima. El omega estaba tan inmerso en su mundo que simplemente no podía. Se veía...
Al parecer, el alfa hizo algún tipo de sonido porque JungKook se encontró girándose y tomándolo desprevenido. Sus miradas conectaron y no se despegaron durante largos segundos, hasta que el omega se inclinó para tomar la botella de agua que estaba junto a su banquillo y darle un sorbo.
—¿Qué quieres? —preguntó él, enroscando la tapa en la botella y depositándola en la mesa donde antes estaba.
—No sabía que pintabas...
JungKook volvió a mirarlo y ladeó un poco la cabeza al tiempo que estiraba, casi imperceptiblemente, una de sus comisuras.
—No sabes muchas cosas.
Aquello hizo que algo en el interior del alfa se removiera. Algo que lo obligó desde la lejanía a bajar la mirada hacia los labios húmedos del omega.
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Forbidden Passion © Taekook ✓
FanfictionJeon JungKook fue juzgado desde la infancia por algo que salió de sus manos y su padre se encargó de hacerle vivir un infierno en vida mediante la insensibilidad y el desinterés. Pasó años buscando una aprobación que jamás llegó y, en cambio, más ma...