62. Desolados

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Habían pasado aproximadamente dos semanas y media, en las que JungKook se la había pasado cuidado de TaeHyung exclusivamente

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Habían pasado aproximadamente dos semanas y media, en las que JungKook se la había pasado cuidado de TaeHyung exclusivamente. Se estaban quedando en el apartamento que en parte ahora consideraban como su lugar, y cuando TaeHyung estuvo mejor y podía moverse, no tardó mucho en querer acostarse con JungKook, y mentirían si dijeran que hubo algún rincón del apartamento que no hayan usado para eso.

Ambos rebosaban felicidad y bienestar, todo porque estaban juntos.

Pasados pocos días después del incidente en Myeongdong, Shin había ido a visitarles para que le contaran a detalle todo lo que había pasado, y ciertamente al irse terminó sin teléfono, puesto que JungKook había descubierto que también habían hackeado su teléfono, así que no dudó en tirarlo a la licuadora, dejando estupefacto y consternado a Shin.

Luego de eso, los días transcurrieron alegremente. JungKook ya no quería pensar en nada referente al matrimonio, solo quería centrarse en disfrutar el tiempo con TaeHyung, esos hermosos y cómodos momentos que habían estado compartiendo.

¿Y para qué mentir? Desde que se volvieron novios, todo entre ellos había mejorado al mil por ciento. La convivencia era hermosa y todos los que la habían presenciado lo sabían de sobra.

La marca ya había desaparecido, pero eso no evitó que siguieran igual de unidos de cómo lo estaban antes de que se fuera.

El día de hoy iba comenzando y los rayos de sol ya estaban ingresando al apartamento por los numerosos ventanales que poseía. TaeHyung abrió los ojos con lentitud, frunciendo el ceño al ver que la luz del sol le molestaba. Extendió su mano hacia la mesa de noche a su lado, tanteando en busca del control que se encargaría de tapar las ventanas, y cuando dio con él, no esperó mucho y lo activó, haciendo que las ventanas se cubrieran de negro y el sol dejara de molestar en su rostro.

Y hubiera seguido durmiendo si no fuera porque al estirar su mano al otro lado de la cama, no notó a JungKook. Abrió un ojo primero, enfocando en la oscuridad para darse cuenta que efectivamente, no estaba.

Se apoyó sobre sus codos y luego sobre sus manos, levantando su espalda de la cama, aun algo adormilado. Se levantó de la cama de la cama, frotando sus ojos mientras comenzaba a caminar fuera de la habitación.

Y al salir, le costó un poco acostumbrarse al sol que iluminaba el salón, pero cuando lo hizo, pudo divisar a JungKook en la cocina.

El omega traía una de sus camisas con los dos primeros botones desabrochados, y un bóxer, el cual solo se veía hasta la mitad gracias a la camisa.

Sonrió poquito al escuchar como JungKook tarareaba una canción mientras cocinaba bastante concentrado. Inclinó la cabeza hacia un lado y se le quedó viendo un rato antes de acercarse lentamente hacia él, admitiendo para sus adentros su pequeña preocupación al verlo frente a una cocina, conociendo sus anteriores encuentros con ella.

JungKook no tardó en sentir su presencia gracias al olor y sonrió cuando TaeHyung tomó su cintura y luego lo abrazó, apoyando su mentón en su hombro.

Forbidden Passion © Taekook ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora