98. «Lo hecho, hecho está»

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Horas intentando armas una bendita cuna

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Horas intentando armas una bendita cuna. TaeHyung no entendía como una cosa tan simple podía ser tan complicada de armar, pero estaba feliz por su logro. Ahora estaba decidiéndose entre dos móviles para cunas.

TaeHyung lo admitía, le había comprado de todo, pero se le había olvidado la cuna, razón por la que este último tiempo JunSang tuvo que estar durmiendo en la cama junto a él. Claro, TaeHyung se aseguraba de colocarle muchas almohadas —demasiadas— alrededor para que no cayera, lo que disminuía su espacio en la cama a un pequeño borde de la cama. Pero no se quejaba, él cuidaba a su hijo.

Para ser un recién nacido, JunSang no dormía mucho, de hecho era bastante inquieto y siempre tenía los ojos bien abiertos y curiosos. TaeHyung la pasaba verdaderamente bien con el bebé, pero por las noches casi no podía dormir. Llegó a pensar que JunSang sería como SunHee, que dormía la mayor parte del día, pero para nada. Su bebé era totalmente distinto, pero lo amaba, nada en él le disgustaba ni un poco.

JunSang era especialmente ruidoso en la madrugada, no lloraba pero si balbuceaba mucho y soltaba pequeños gritillos para obtener la atención mimosa de su padre. Y a TaeHyung no le importaban las ojeras de su rostro, era feliz.

Su bebé lo inspiraba tanto que le hizo un mural en su habitación. Dibujó lindas hojas doradas cayendo delicadamente por la pared blanca, dando el aspecto de que estaban cayendo sobre la cuna gracias a que la misma estaba bastante cerca del mural.

TaeHyung se volteó con una sonrisa hacia su bebé, quien estaba descansando tranquilamente en una mecedora automática que le había comprado.

—¿Cuál te gusta más, mi príncipe? —musitó TaeHyung hacia su hijo, alzando los dos móviles frente a él, pero solo vio a JunSang cerrando y abriendo sus ojitos con somnolencia. La sonrisa de TaeHyung creció—. ¿Ya tienes sueño? —preguntó a pesar de no poder recibir una respuesta verbal y se volteó para decidirse finalmente por un móvil para cunas de peluches, colocándolo sobre la misma.

Ya habiendo terminado, se volteó de vuelta hacia su hijo, acercándose lo suficiente como para cargarlo con mucho cuidado, tomándole la cabeza y acunándolo con cariño. Lo arrulló un poco y rió poquito cuando vio que JunSang parecía luchar por tener los ojos abiertos.

TaeHyung caminó hacia la pared contraria al mural, sin dejar de ver a su bebé. En esa pared, estaba colgado el cuadro del atardecer que le había hecho JungKook cuando se reencontraron. Se agachó un poco y sujetó otro cuadro con una mano, alzándolo lo suficiente como para que JunSang tuviera la oportunidad de verlo aunque sea un poco.

Ese cuadro lo había terminado hace poco, y era un amanecer precioso con todos esos colores tan característicos que él y JungKook amaban, justo como le había pedido JungKook. Solo que decidió añadirle algo que sin duda lo hacía el cuadro más especial que había hecho: tenía dibujada la hermosa silueta de JungKook dibujada, sosteniendo a su bebé, siento ambos iluminados por los rayos del sol que despertaban el cielo mañanero. Y no solo eso, sino que se había tomado el detalle de añadirle los preciosos ojos violetas con azul cerúleo de JungKook, marcando también las preciosas pecas que empezaron a decorarle el rostro gracias al embarazo.

Forbidden Passion © Taekook ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora