Jeon JungKook fue juzgado desde la infancia por algo que salió de sus manos y su padre se encargó de hacerle vivir un infierno en vida mediante la insensibilidad y el desinterés. Pasó años buscando una aprobación que jamás llegó y, en cambio, más ma...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Habían decidido movilizarse en dos autos, en uno iban NamJoon y SeokJin, mientras que, en el otro, estaban JungKook y TaeHyung. Esta vez, el menor se había encargado de conducir el auto, para no levantar sospechas del por qué TaeHyung conocía la dirección. Nadie podía saber que ahora TaeHyung trabajaba junto con JungKook. NamJoon, quien conducía el otro auto, seguía a JungKook hacia donde se dirigía.
—Te ves demasiado sexy conduciendo —dijo TaeHyung, poniendo su mano sobre uno de los muslos del omega, quien poco después sacudió la pierna, queriendo que lo soltara.
—Eres demasiado intenso —se rio el Jungkook, pero TaeHyung no lo soltó, al contrario, subió un poco su mano—. Ya, deja esa mano quieta —dijo entre risas, alargando las "a" de las palabras, pero nuevamente TaeHyung no hizo caso, apretando su muslo—. ¡TaeHyung!
Ahí fue que TaeHyung lo soltó, riéndose. Hubo un breve silencio cómodo antes de que TaeHyung decidiera hablar nuevamente.
—JungKook... —El nombrado posó su atención en él—. ¿No te asusta que ellos puedan ganar?
JungKook volteó a mirar a TaeHyung un momento, para después volver la mirada a la carretera, y luego suspirar.
—Prefiero tener miedo por un momento a tener que arrepentirme de por vida... —sonrió amargamente—. Si algo he aprendido en este tiempo es que nuestro peor enemigo es la mente, TaeHyung, siempre sabe con qué atacarnos. —Hizo una pausa—. Pero siempre hay que tener en cuenta que la felicidad vive al lado del miedo... Pero quien no se arriesga, no gana. A pesar de que sé que mi vida está en juego.
El alfa castaño frunció el ceño.
—¿Por qué dices eso?
—TaeHyung —murmuró JungKook—. Quiero que tengas siempre presente que yo puedo no salir vivo de esto. No estamos tratando con cualquier cosa, y puedo asegurarte de que soy el principal objetivo.
TaeHyung negó, aun con el ceño fruncido.
—Eso no puede pasar.
JungKook estacionó, debido a que ya se encontraban en la residencia de Shin.
—¿Me protegerás, acaso?
—Siempre proteges a todos, deja que alguien te proteja a ti —dijo TaeHyung—. Nunca dejaré que te hagan daño —habló con firmeza, haciendo que JungKook lo mirara hermosamente.
—Gracias... —murmuró con una sonrisa.
Poco después, ambos bajaron con sus respectivos regalos y entraron a la casa.
La fiesta se estaba dando en el salón de la casa, se había puesto una mesa de bocadillos en la que estaba el respectivo pastel de cumpleaños. Había muchas personas, más que en la gala que había organizado YoonGi antes. La iluminación era tenue e incluso algo violeta, predominando la luz de las velas que habían sido colocadas sobre cada mesa del lugar, y que a su vez eran acompañadas con pequeñas luces para darle un toque más encantador.
