07. El otro Kim

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Jeon MinSoo bajó de la camioneta, seguido por JungKook, quien tragó saliva apenas puso los pies en el suelo

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Jeon MinSoo bajó de la camioneta, seguido por JungKook, quien tragó saliva apenas puso los pies en el suelo. Se encaminaron hacia aquella mansión de aspecto lujoso donde Kim DongGun, junto a NamJoon, se encontraban esperándolos en la puerta de entrada.

—¡Bienvenidos! —exclamó DongGun con una sonrisa rebosante. Saludó afablemente a MinSoo para luego acercarse a JungKook, incomodándolo de inmediato cuando lo tomó de los hombros—. Me alegra mucho que hayas decidido vivir con nosotros para darle inicio formalmente a la relación con mi hijo, JungKook.

DongGun palmeó sus hombros con una sonrisa. JungKook, en cambio, forzó una sonrisa y desvió la mirada hacia su padre, quien siquiera le dirigía la mirada, serio.

Ahora estaba claro que él era el que les había dicho que fue iniciativa propia. JungKook no sabía por qué tuvo la ligera esperanza de que venir a vivir con los Kim hubiese sido idea de DongGun y no de su padre.

Bajó la mirada oscurecida durante escasos segundos para después recomponerse con una gran sonrisa.

—También me alegra estar aquí, señor Kim.

Fingió. Después de todo, eso era lo que había hecho por años, ¿qué más daba hacerlo un poco más?

—Hola —saludó el menor con una sonrisa a NamJoon, quien se acercó a él con ambas manos dentro de los bolsillos de su traje.

—Hola, JungKook —saludó NamJoon de igual forma.

Se notaba que tampoco lo quería ahí. JungKook no podía estar más de acuerdo con su sentir.

—Por favor, pasen —concedió DongGun.

—Por mi parte debo atender unos asuntos así que lamentablemente no podré quedarme —aportó MinSoo.

—Es una lástima —dijo DongGun—, en otro momento será.

MinSoo asintió, mirando de soslayo a JungKook, quien pronto se halló suspirando cuando vio a su padre devolverse a la camioneta sin flaquear.

—NamJoon, llévalo al salón, yo me encargaré de unas cosas antes —pidió DongGun, palmeando el hombro de su hijo.

NamJoon asintió y le indicó a JungKook a dónde ir mientras que DongGun se quedaba en la entrada de la mansión para indicarles a los sirvientes que subieran las cosas del omega al segundo piso.

JungKook observó todo a su alrededor. El recibidor de la mansión era enorme, con piso de mármol reluciente y un gran candelabro de cristal colgando del alto techo en el medio. Bajo éste, había una mesa con un florero elegante. En el fondo de la sala había un umbral que parecía dar a las demás partes de la casa y, a ambos lados de ese umbral, se encontraban dos escaleras que se unían en el segundo piso, dando paso a un pasillo.

Se dirigieron al fondo del recibidor, girando a la derecha donde se toparon con el salón principal, el cual era más grande que el propio recibidor.

A JungKook le costaría un poco acostumbrarse a un lugar tan grande. No es que su anterior casa fuera pequeña, pero la mansión de los Kim era notablemente más espaciosa.

Forbidden Passion © Taekook ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora