Capítulo 20:

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- Enserio!?- preguntó Feli aguantando la risa- con una... tuallita? En la cara?
Asentí mientras me secaba una lágrima.

- No te rías.- me quejé.

Feli me abrazó.

- Perdón,Magui. Es solo que... al menos lo golpeaste?

Asentí.

- En la cara de Simon?

- En su cara.

- Esa es mi chica! Chócalas- dijo y estiro su palma abierta para que le de cinco.

La choque sin ganas.

- Tu sabías?- le pregunté jugando con mis manos.

- No. No puedo creer que no me haya dicho nada. Quise hablar con ella a la salida pero se fue rapidísimo.- me explicó.

- Nose que hacer.- admití.

- Tranquila, voy a hablar con ella y ya vas a ver como todo para el lunes se va a solucionar.- me tranquilizó.

- Si?

- Si, lo prometo.

*Lunes*

Si, claro. Que estupída había sido en creer en las palabras de Feli. La verdad es que de verdad había creído que lo de Sofi se iba a solucionar. Es decir, es mi mejor amiga, como iba a poder estar mal con ella? Pero al parecer yo nunca fui su mejor amiga.

*Dos horas antes*

Salí del salón de Matemática y me dirigí al comedor.

- Hola!- me saludó Felipe caminando a mi lado.

Desde la fiesta en la que me había besado y le había dejado las cosas en claras, nos habíamos hecho buenos amigos.

- Hey, hola.- lo saludé.

- Todo bien?

- Si, va que se yo.

- Escuche lo de... Sofi y Simon.- comento algo incómodo.

- Ah, si.- dije desviando mi mirada.

- Tranquila, ya se van a arreglar.- dijo tomando mi hombro y estrechándome contra el.

- Si, eso espero.- dije.

- Si, tu tranquila. Además hablé con Simon y me dijo que...- comenzó pero lo interrumpí. No quería escuchar nada sobre Simon. No podía ni verlo en los pasillos.

- Que calor no?- dije cambiando de tema.

Felipe pareció notar mi cambio brusco y sonrío de lado.

- Si no quieres hablar del tema dime, no hace falta el cambio de conversación tan notorio.

- Qué? Yo? Ja, para nada, solo... que... que calor...

- Claro- dijo siguiéndome el juego- Un calor insoportable. Solo una cosa, las cosas no son como crees, Simon es un buen chico, de verdad, y creo que deberías hablar con el. Entenderías mucho lo que ocurrió.

Felipe vio algo sobre mi hombro atentamente y pasó por mi lado pero antes de irse susurro en mi oído provocando cosquillas:

- Ah, y si tanto calor tienes, te recomiendo que te saques el pañuelo. Y el sweater.
Me di la vuelta para protestar pero el ya se había ido y pude ver porque. Sofi venía hacia mi.

Inmediatamente sin pensarlo me hice la tonta y me fui en la dirección opuesta.

- Magui- me llamó- Se que me viste, podemos hablar?

Me di la vuelta inconscientemente.
Enarqué una ceja.

- Por favor.- suplicó.

El timbre sonó y sin decir palabra comencé a caminar a su lado dirigiéndonos a nuestra próxima hora.

- Yo, me quería disculpar. Yo... perdón. Te lo iba a decir, se los iba a decir, pero no me animaba. Yo simplemente no elegí enamorarme de Simon, simplemente paso. Y.. te prometo.. que no ocurrió nada entre nosotros, solo fue un beso. Solo uno. Y en verdad, yo lo besé, el...- miro avergonzada hacia otro lado- el no me siguió el beso en ningún momento.

- En serio?- pregunte irónica.

- Magui, te lo prometo.- dijo rápidamente.

Ambas llegamos al salón y entramos pero no nos sentamos.

- Es que... agh, no entendes no? Eso no fue lo que me molesto!! Lo que me molesto es que tu sabias que el me gustaba y de todas formas fuiste a el! Además, tu no te "enamoras"! Solo usas a los chicos y luego, cuando te aburres pasas a otro y luego a otro! Así que no vengas y me digas que estas enamorada de el, porque se que eso es mentira! Eres una mentirosa, una falsa!Y, lo que mas me enoja, es que no nos lo dijiste. No me lo dijiste. Sabes? Si me lo decías, nose, yo incluso te lo hubiese dejado con tal de no peliarnos.

Sofi me miro dolida por unos segundos. Bueno... tal vez se me había ido un poco la mano, no? Nah, a quien engaño, se lo merece. Sentía que debía hacerle tanto daño como ella me había hecho a mi.

- Magui... pero yo...- dijo con voz rota y ojos vidriosos.

- No! Pero nada! Lo sabías y aún así no te importo una mierda!- dije furiosa.
Sofi me miro por unos segundos y luego salió corriendo. Si, corriendo.
Me senté en mi banco molesta y desepcionada y el salón de a poco se fue llenando. Apoye mi cara en mis palmas mirando a la nada.

La profesora de matemática entró y comenzó a dar la clase, la cual me fue imposible pensar. En el medio de esta, Sofi entro al salón con los ojos rojos de llorar. Se dirigió a la profesora y luego de murmurarle algo, se sentó en su banco.

De a poco todos en el salón comenzaron a murmurar cosas y algunos me miraban y señalaban a Sofi. Claro, ahora yo soy la mala.
Y es así como todas mis esperanzas de recuperar alguna vez a mi amiga se habían perdido.

A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora