- Mags.- alguien me sacudió despacio.
- Mmph...- murmuré mientras abría mis ojos lentamente.
- Vamos, ya son pasadas las ocho y...- me observo escondiendo su sonrisa- si queres arreglar eso- señalo mi pelo- mejor apúrate.
Me senté de golpe en la cama avergonzada de mi estado.
- ¡Salí de acá!- le dije parándome y empujándolo fuera de mi habitación.
Simon comenzó a reír. Y yo logre sacarlo cerrando la puerta de una vez.
Me puse mis botas, un jean oscuro, un sweater gris y un montgomery negro. Me cepillé los dientes y el cabello y salí a buscar a Simon.
- Guaau- dijo observándome de pies a cabeza con una sonrisa- viste, yo sabia que podía mejorar.
Lo empuje levemente.
- Gracias, ahora mejor preparemos las cosas.
- Si, ya puse las cajas y las botellas en la parte de atrás de la chata de tu abuelo. El nos esta esperando afuera.
- Ah, buenísimo. Vamos, entonces.- dije.
Antes de salir tomé mi bufanda y la puse alrededor de mi cuello y mi gorro gris.
Seguí a Simon hacia afuera donde estaba mi abuelo esperándonos arriba de su chata.
- Suban atrás con las cosas para cuidarlas.- dijo- pero vayan sentados.
Amaba ir en la pare de atrás de la chata. Era lo mas divertido que había. El problema era que cuando me bajaba tenía todo el pelo revuelto.
Simon y yo nos subimos arriba de la chata y mi abuelo arrancó. Había que hacer un viaje de diez minutos en auto por un camino de tierra hasta el pueblo donde se realizaría la feria.
Me desacomodé bruscamente cuando la camioneta pasó por un pozo.
-¿Emocionada?- preguntó Simon mirándome de reojo.
- Lo que se pude estar a las nueve de la mañana.- contesté.
Simon asintió.
- Todavía espero el beso de anoche...
Miré para atrás, bueno más bien para adelante (ya que nosotros estábamos de espaldas al camino) para ocultar mi rubor.
De pronto vi que mi abuelo estaba por pasar por una rama de un árbol más baja que nos iba a golpear sino se corría.
- Rama.- dije desesperada.
-¿Eh?
- Hay una rama, ¡hay una puta rama!- dije mientras me paraba.
Mi abuelo me vio por el espejo del costado. El odiaba que nos paráramos.
- ¡Magui, sentate!- gritó para que lo escuchara.
- ¡¡Hay una rama!!- grité.
Pero mi abuelo ya estaba preocupado por que me sentara y no en lo que tenía por delante.
Simon que ya había visto de que hablaba me tomó de los pies obligándome a sentar.
- ¡No te escucha! Ponete boca abajo, ¡ya!
Hice caso a lo que Simon me decía y al segundo pude sentir como la rama pasaba por arriba nuestro rozándonos.
Una vez que la rama pasó comencé a reír histéricamente. Eso había sido muy... estupído, pero estábamos bien.
-¿De que te reís?- preguntó Simon serio mientras se incorporaba.
- De...lo q-que paso...recién- dije intentando controlar mi risa- ¿Eso te lo enseñaron en Rusia? ¿Lo de "boca abajo"?
Simon me miró serio por unos segundos y luego simplemente apartó su vista de mi mirando hacia el costado.
No me había dado cuenta de que eso había sonado tan...mal.
- Agradece que te lo dije, sino estaríamos yendo al hospital.- dijo serio.
Me quedé en silencio por un rato. Cuando dije lo que dije no quería que sonara como una burla hacia el.
- Perdón.- dije.
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A pesar de todo
Teen FictionMagui ya decidió que debía olvidarse de Simon para siempre luego de que el no diera señales de vida por una año y medio. Las cosas han cambiado pero no demasiado. Podrá Magui cumplir su promesa de olvidarlo de una vez por todas? Y Simon? Cumplirá la...