Capítulo 42:

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Estábamos a tan solo una cuadra de mi casa. El tiempo se acababa. Tenía que hablar ahora. Ya. Aunque después me arrepintiera. Porque sabía que si no hablaba ahora, tal vez luego no me animase. Y, el que no arriesga no gana, ¿no?

Me reí ante algo que el dijo. Aunque no sabia ni lo que había dicho. Tal vez me estaba contando algo trágico y yo reía. Basta, cállate,deja de preocuparte. Estaba algo nerviosa.

Un silencio se instaló entre nosotros.

Era el momento justo para hablar. Así que me detuve de golpe y Simon al ver que me frene, hizo lo mismo.

- ¿Te mudaste?- preguntó divertido- La última vez vivías en la otra cuadra.

- Si...no...y-yo...quiero decirte algo.-comencé nerviosa.

- Esta bien- dijo sonriendo de lado provocando que apareciera un hoyuelo en su mejilla- te escucho.

Me puse nerviosa al instante. No pensé que iba a ser así. Simon me miraba fijamente provocando que me costara sacar las palabras de mi.

- Yo...- vamos Magui, habla de una vez- no se porque voy a decir esto, tal vez me arrepienta por decirlo, pero me voy a arrepentir más si no lo hago. Así que acá vamos.

Respiré hondo preparándome para lo que iba a decir. Jugué con mis manos nerviosa y luego levanté mi vista enfrentándome a esos ojos azules que tan bien conocía.

- Me gust...- me detuve al escuchar un grito.

Giré la cabeza en dirección del grito.

Una chica rubia venia corriendo en nuestra dirección. Bueno, en la de Simon. Ella era muy linda.

Se acercó y abrazó con fuerza a Simon. El se veía sorprendido y algo incómodo, pero no tardo en responder el abrazo.

- ¡Simon! ¡Hola! Hace tanto no te veo, ¿que tal todo?- se detuvo al notar mi presencia- Emm hola...

- Magui.- dije yo.

Me dedicó una sonrisa forzada y vi como dirigía una mirada de horror a mi cabeza. Que exagerada, solo era una venda.

- Hola.

Levanté mi mano tímida saludándola.

Eso había sido estupído.

La linda chica se giró y siguió hablando con Simon.

- Así que, ¿como estas?- preguntó.

- Bien, todo perfecto.- dijo sonriendo.

La chica siguió hablando con el y tengo que admitir que sentí celos. Celos de no ser tan...extrovertida y hermosa como ella. Ojalá fuese así.

- Sabes,podríamos salir el sábado.¿Qué te parece?- escuché que la chica preguntaba.

Decidí no molestar mas ahí ya que era claro que sobraba y me dirigí caminando con paso rápido a mi casa.

Estaba molesta, molesta conmigo misma por ser tan lenta e insegura y por todo. Por tardarme tanto en hablar con Simon, por haberme enojado con Sofía, me odiaba por ser tan... yo.

Quisiera ser como esa chica rubia que se veía tan segura caminando con la vista hacia arriba y la frente en alto como si no le importaran las miradas de los demás.

Me odiaba por todo.

Estaba casi llegando así que saqué mis llaves de mi mochila cuando escuché a alguien corriendo que se acercan a mi.

Levanté mi vista y vi a Simon.

- Mags. Perdón, era una vieja amiga.- dijo refiriéndose a la rubia.

- Si, esta bien. No hay problema.- dije colocando la llave en la cerradura.

- ¿Por que te fuiste? Yo te quería acompañar.

- Si, es solo que...no quería estorbar ni interrumpir nada.

- Ella fue la que interrumpió- me dedico una sonrisa-¿qué me estabas diciendo?

Tomé aire.

- Nada...no era nada importante.- dije soltando el aire.

Abrí la puerta.

-¿Segura?- preguntó.

- Si- asentí y entré en mi casa- adiós.

- Adiós.- dijo algo confundido.

Estaba por cerrar la puerta cuando me detuve de golpe. Si no se lo decía hoy, al menos haría otra cosa.

Abrí la puerta de golpe encontrándome a Simon aún parado ahí.

Me acerqué a el y le di un pico en los labios mucho más corto de lo que deseaba.

Simon me miró sonriendo con una mezcla de sorpresa emoción y felicidad en su rostro.

- ¿Y eso?- preguntó.

- Te lo debía del reto en el campo.- dije y cerré la puerta dejándome caer apoyada sobre esta con una sonrisa en mis labios.

A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora