Capítulo 28:

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Estaba sentada en la mesa del comedor desayunando con Simon y nuestras respectivas abuelas. Había dormido bastante, pero a pesar de eso, seguía muerta de sueño.

- ¿Llegaron muy tarde ayer?- preguntó mi abuela.

- No para nada.- dije rápido intentando de no tentarme.

Simon, que estaba enfrente mío me partió la pierna por debajo de la mesa y tomó de su vaso para esconder su risa.

- ¡Menos mal! Nunca vi una tormenta tan grande como la de anoche. Llovió muchísimo. Y perdón pero nose como nos dormimos.- dijo riendo.

- No pasa nada.- dije agradeciendo el que se hayan dormido.

- Bueno, ¿y que hicieron?- preguntó Mirta mirándonos con las cejas alzadas.

Por un momento creí que nos había atrapado pero luego vi su cara de desconcierto y me calme.

- Nada, solo esperamos a que parara un poco de llover. No fue nada, cerca de las nueve ya estábamos acostados y todo.- explicó Simon.

- Ahh, claro. Me parece bien.- dijo asintiendo.

- Bueno- dijo mi abuela parándose- me voy a duchar.

Todos miramos como mi abuela se paraba y una vez que ella se fue Mirta nos miró a ambos.

- ¿Así que a eso de la nueve?- preguntó levantando sus cejas. Mierda, nos había atrapado.- Que curioso, ¿saben? Porque yo no me dormí y a las nueve estaba viendo televisión...

- Emm...yo...nosotros.- dijo Simon.

- Y ¿les dije alguna vez que sueño madrugar? Bueno, resulta que hoy, cuando desperté había huellas de barro por toda la casa y estaban frescas.- dijo sonriendo.

- Yo...- comencé a hablar.

Mirta estalló en risas.

- Está bien, vayan. Solo me divierto torturándolos un rato. Y Simon- lo llamó- no patees tan fuerte por debajo de la mesa.

Ambos nos paramos y nos estábamos yendo cuando ella murmuró algo.

- Solo recuerden para la próxima no usar el microondas a las cinco pasadas de la mañana. Hace bastante ruido.

Simon y yo salimos corriendo afuera estallando en risas.

- No entiendo como es posible que siempre nos atrape.- dije riendo.

- Yo tampoco.- dijo negando con la cabeza.- Otra cosa que no entiendo es... esto- dijo señalando al cielo.

Mire hacia arriba y... ¿qué? El cielo estaba totalmente despejado. Sin una nube. ¿cómoda posible que no quedaran ni rastros de la tormenta de anoche? Baje la mirada y... si los había. El campo seguía inundado y posiblemente seguiría así por varios días más.

- Guau.- dije suspirando.

- Si, pero sigue todo mojado por lo que creo que no nos iremos tan pronto.

- Mejor.- dije rápido.

Tonta. Tonta. Tonta.

- Digo... para que no se... empantanen. Seria terrible, si eso... terrible...- dije a medida que mi voz se apagaba.

Simon soltó una carcajada.

- Si... mejor.- asintió sonriendo mientras me miraba.

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- Mañana hay una feria en el pueblo.- dijo mi abuela mientras almorzábamos.

- ¿Una feria?- preguntó Mirta.

- Si, la hacen todos los años y las personas que quieran llevan para vender comida, ropa y también hay chicos que arman juegos para ganar plata. Es muy lindo.

- ¡Que bien!- exclamó feliz- Deberían armar un juego, seguro ganarían algo de plata. Y debe ser muy divertido.

La feria era algo realmente divertida. Siempre iba, pero jamás había armado un juego ya que siempre estaba sola o con mis primos y a ellos no les gustaba mucho la idea. Pero no era una mala idea. Para nada.

- ¡Genial! ¿Quéres Mags? Digo... armar un juego.- me propuso.

- ¡Si, dale!- dije emocionada.

- Hay varias cosas en el galpón que podrían servirles.- dijo mi abuelo.

- Buenísimo, después nos fijamos.

Sin duda quería armar un juego para mañana. Más si era junto a Simon.

A pesar de todoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora