Capítulo 18

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Hola lectoras, sé que quizá suene molesto pedir que por favor dieran estrellita/voto al capítulo, amo escribir esta historia y compartirla con ustedes.

Pero, si solo la leen y no votan, pienso que quizá no les guste como otras historias, y subiré el próximo capítulo cuando lleguemos a los 40 votos.

Gracias <3.

MARTES

HORAS: 15:32

101 HORAS DE ATRACO

Narra Linz

— Por los cojones, bebé...que soy tu madre.—Dije llevando las manos a mi abdomen, estaba más de un buen rato en el baño, no paraba de tener náuseas y de vomitar. Salí del cubículo y abrí el grifo para enjuagarme la boca.— Que nos perdemos la comida y tú y yo, no vivimos sin eso.

Me reí de mí misma, y con mi arma en mano, caminaba silbando directo a la sala principal, donde estaban los rehenes seguro ya comiendo y Denver vigilándolos.

— Pero que...—Dije sorprendida al ver como Arturito tenía a Denver como rehén y los demás, iban detrás de ellos.— ¡Paren, he dicho que paren!

Apunté a Arturito, que se detuvo y Denver me pedía con la mirada de que me fuera. 

— Yo que tú, me quedo quieta o lo verás muerto.—Dijo Arturito, pero seguí apuntándolo.— ¡No estoy bromeando, deja la puta arma en el suelo!

— De ésta no te salvas, Arturito.— Murmuré y puse seguro en el arma y la arroje al suelo, con mi pie la aleje de nosotros. No quería que otro rehén tuviera otra arma, aunque todos temblaban de miedo.

— Muy bien, zorra.—Dijo Arturito.

— Calla la puta boca.—Dijo Denver como podía al ser aprisionado por el cuello con el brazo de Arturo.

— ¡Mónica abre la puerta!—Dijo Arturito.

— ¡No lo hagas!—Dije y ella me vio con dudas.— Arturo solo te usa por conveniencia, él te mataría por salvar su vida.

— ¡No le hagas caso, Mónica, abre ya la puerta!

— ¡Por favor, abre los ojos!—Grité, si ellos se escapan, ya no habría impedimento alguno para que la policía entrará a la fábrica.

— Lo siento.—Murmuró la rubia y presiono el botón para abrir las puertas.— ¿Qué?...No se abre.

La rubia presionaba el botón repetidas veces, pero nada.

— ¡Joder, esos hijos de puta han debido de bloquear la puerta, coño!—Dijo Arturo con frustración.

— He sido yo.—Dijo Río, bajando por las otras escaleras y con su M 16 apuntando a Arturo. Berlín y Nairobi iban atrás de él.— Arturo, suelta la pistola...Suelta la pistola.

— Arturito, ya sé que te gusta mucho el cine, pero ésta película se te está yendo un poco de las manos.— Dijo Berlín con una sonrisa burlona y dio un paso.

— Ni un puto paso más o le pego un tiro. Yo puede que no salga con vida de aquí, pero éste no vuelve a reírse en su puta vida.—Dijo Arturito molesto y sin dejar el arma. Berlín, lo apuntó ya harto, pero Nairobi le tranquilizó.

Moscú y Helsinki, vinieron también con sus M 16 apuntando hacia Arturito.

— ¡Abridme la puerta!

— Vale, vale.—Dijo Moscú, dejando de apuntar al ver a su hijo en esa situación.— Tranquilo, vamos a hablar como personas civilizadas. Suéltale, y si quieres salir, yo te ayudo.

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