Capítulo 20

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Narra Linz

Estábamos en el almacén, como haciendo un tipo de ...funeral a Moscú y Oslo, los colocamos a cada uno en una gran caja de madera.

— ¿Lo cubrimos?—Preguntó Berlín, luego de un profundo silencio.

— ¿Así, sin más?...Habrá que decir unas palabras o algo, ¿no?—Dijo Denver y fue a la "tumba" de Moscú.— Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

— Venga nosotros tu reino.—dijo Río y Denver lo volteó a mirar.— Que te has saltado un párrafo, después de "santificado sea tu nombre", viene...

— ¿Qué cojones importa eso ahora?—Interrumpió Denver.

— Que sí quieres rezar, hay que hacerlo bien.—Apoyó Helsi.

— ¿Crees qué Dios va a estar ahí viendo si lo haces bien o mal?—Preguntó borde.— Dános nuestro pan de cada día...Perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal, amén.

Todos nos persignamos, y mordí mi labio para no soltar un sollozo, Helsi al estar de mi lado, me vio y nos abrazamos.

Escuché el ruido de taladro, estaban sellando la "tumba" de Moscú y Oslo. Apoyé mi rostro en el pecho de Helsi, y miramos como prendían velas y ponían una en cada tumba.


MIÉRCOLES

HORAS: 15:35

125 HORAS DE ATRACO

Me encontraba junto a Denver, el estaba sentado...mirando la caja donde estaba su padre. Solo sostenía mi mano y se levanto al oír pasos, volteamos y era el Profesor.

El Profesor, me dejo un beso en la frente y les di espacio para que pueda estar con Denver.

— Lo siento mucho...lo siento mucho.—Dijo en voz baja el Profesor y abrazó a Denver.

El Profesor dio pequeñas palmadas en la espalda de Denver, para luego separarse y mi novio, me extendió la mano y la tomé.

— Profe, que rompimos una regla...Linz y yo estamos juntos.—Dijo Denver con una leve sonrisa. Le miré sorprendida y el Profesor estaba igual.— De hecho, estamos esperando un niño.

— M-Me dejan sin palabras...pero, muchas felicidades, eso sí.—Dijo el Profesor con una sonrisa, y nos abrazó a ambos.

— No todo es una mala noticia.—Dijo Denver ahora abrazando mi cintura.— Anda, tira.

El Profesor se fue con Nairobi, y tomé una silla para sentarme junto a Denver, que ahora ponía la fecha de nacimiento de su padre.

— ¿Mi suegro nació el Día del trabajador?—Dije con una sonrisa.

— Todos sus cumpleaños, desde que empezó en la mina, decía que tenía la fiesta ya montada, un buen piquete.—Me contó con una sonrisa.— Y que las pelotas de goma eran sus regalos y este año ha sido balazos.

Denver se levantó y me tomó las manos, también me levanté y acariciaba sus manos con mis pulgares.

— Supongo que si naces en el lado equivocado, mueres en el lado equivocado.—Dijo Denver con pesar y lo abracé por la cintura.

— Mi nombre es ____.—Dije de la nada y Denver me vio sorprendido.— Que seguir llamándonos "Linz", "Denver"...como que ya no.

— _____...es un nombre muy bonito.—Dijo con una sonrisa y me dio un pequeño beso.— ¿Quién lo eligió?

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